Vivimos en España tiempos de la teología de la nación. Lo más importante, claro está, es la unidad del país ante los separatismos vasco y catalán. Todo debe referirse a esa unidad. Así que incluso cierto periódico ha hecho una encuesta entre obispos para saber si España es un bien moral. La mitad no ha respondido, claro está, lo cual ya da una idea del asunto, y otros han respondió que no exactamente, pero hay prelados que se han apuntado al sí: La unidad de España es un bien moral. De lo que se deduce que los obispos son muy buena gente, pero que no deben practicar el arte de titular, o reducción de conceptos a una sola frase, que es la parte del periodismo.
De entrad, podríamos decir que lo de bien moral es una reiteración. Si es bien, es moral, si no fuera un bien, sería inmoral, salvo que estemos hablando de que la unidad de España sea un bien económico, sinónimo de producto o servicio, pero no creo que sea el caso.
En segundo lugar, una cosa s que algo sea un bien moral, y otra bien distinta que se trate de un bien moral cristiano. Por ejemplo, la sinceridad es una virtud importantísima, al igual que la humildad, pero hubo paganos que valoraron y alabaron esas virtudes desde siempre para ser exactos, toda la humanidad ha valorado esas virtudes desde siempre-. Lo único que hizo el cristianismo fue asumirlas y promocionarlas. Y no sólo hablamos de virtudes sino de realidades y fenómenos. El matrimonio estaba inventado antes de que la Iglesia existiera. Todas las culturas -a excepción de Zapatero aunque, según las últimas investigaciones, Zapatero no es una cultura, sino un político- han practicado y defendido el matrimonio. La Iglesia, lo único que hizo fue elevar el matrimonio al rango de sacramento.
Lo cristiano es la Fe, la Esperanza y la Caridad. La Fe que conlleva toda una cosmovisión de la vida, la Esperanza que responde a la pregunta básica del hombre (¿qué ocurre tras la muerte?) y la Caridad, que da sentido a la vida del hombre. Bueno, y algunas cosillas más. Esos son los bienes morales del Cristianismo.
Porque claro, pasar de bien, a bien moral., y de esto a bien moral cristiano, implica que un separatista vasco o un independentista catalán no pueden ser cristianos, o que al menos serían católicos de segunda división, lo que, naturalmente, ningún cristiano puede aceptar. Un separatista vasco o catalán es, según mi opinión, un pelmazo que atenta contra la historia, huero e incordio de pies a cabezas, pero no le puedo excluir la lista de los escritos en el Libro. Me enervan y cabrean, pero no puede insistir.
Ahora bien, existen gentes de buen corazón, y sin duda de mucho talento, para los que su fe y su patriotismo han ido muy unidos. Y así debe ser, entre otras cosas porque la identidad española o es católica o simplemente no es. Ese es el coletivo más preocupante, dado que se está dejando utilizar por un segundo colectivo, el de los patriotas profesionales. A esos los únicos valores que les interesan son los bursátiles y los únicos bienes, los computables. Es más, este segundo grupo de listillos, utiliza a la Iglesia para que el Partido Popular recupere el poder. Incluso, entre ellos abundan, no aquellos que creen en el PP como defensor de unos valores morales cristianos créanme, son listillos, no idiotas- sino los que confían en que el regreso a La Moncloa de Rajoy les supondría beneficios y, sobre todo, les situaría en la misma tesitura en la que Polanco vive desde hace un cuarto de siglo con el PSOE: recordad que me debéis el poder.
Porque claro, un bien moral gestionado por el Partido Popular, hombre, verán Desde Jorge Verstringe a Paco Álvarez Cascos, pasando por los chicos de alma laica de Rajoy y el propio Mariano, al que el futuro del Cristianismo importa un pimiento- es como de chiste. Créanme: ni en el PP está la salvación, ni la Iglesia necesita ayudantes para su misión: se ha bastado siempre ella solita.
Eulogio López