Periodistas más que veteranos de El País se quejan del escaso margen de libertad que les permite la dirección. Con el mayor de los descaros, el grupo Prisa-Sogecable, el más poderoso de España, se ha polarizado y radicalizado, en apoyo del nuevo Gobierno Zapatero, precisamente un hombre al que la cúpula de Prisa despreció una y otra vez hasta la victoria electoral del 14-M.

 

Junto al vergonzoso apoyo a Zapatero, al que los guiñoles de Canal Plus, quieren convertir en don Quijote, se une el odio hacia el Aznarismo, que convierte al ex presidente del Gobierno, ya un árbol caído, en objeto favorito de sus investigaciones.

 

Este malestar es, según algunos, producto de un cierto abandono de sus tareas por parte del presidente y principal accionista, Jesús Polanco, lo que ha llevado al consejero delegado, Juan Luis Cebrián, a asumir un mayor protagonismo en el grupo. Polanco, un hombre muy familiar, ha sufrido problemas de salud (nunca cáncer, como se ha dicho), así como la separación de su segunda esposa, Mari Luz Barreiros. Tanto es así que mientras remodelaban la céntrica vivienda del matrimonio, ubicada en pleno centro de Madrid, Polanco se ha ido a vivir con su hija Isabel. Lo cierto es que tanto sus cuatro hijos como sus sobrinos, especialmente Javier Díez de Polanco, están más que enfadados con el excesivo protagonismo de Janli Cebrián. Sin embargo, la familia considera que no es el momento de molestar al patrón, que, poco a poco, empieza a mantener el mismo ritmo de trabajo de antaño.