El Gobierno Aznar impuso el nombramiento de sus presidentes en la Comisión Nacional de la Energía (CNE), en la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) o en la CNMV. Zapatero llegó al poder con el anuncio de que una serie de nombramientos, por ejemplo los tres anteriores, pasarían por el Parlamento y se consensuarían con la oposición: no ha sido así. Maite Costa, hasta ahora secretaria de Industria y Energía de la Generalitat catalana, y antes diputada del PSOE en Madrid, es una mujer del Partido Socialista en Cataluña. Más en concreto, del secretario general del PSC, a la sazón ministro de industria y Energía, José Montilla. Por supuesto, el nombramiento no ha sido consensuado.
Al final, Montilla no consiguió nombrar a uno de los suyos en la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, pero se ha salido con la suya en un sector aún más determinante: el energético. No sólo eso, ha conseguido colocar a Costa que llevaba años viviendo en Madrid, pero que a su regreso al Gobierno Maragall no ha sido capaz de entenderse con su superior, el conseller de Trabajo e Industria del Tripartito, Josep María Rañé.