En estos momentos, se discute en VW el nombramiento de un vicepresidente de Estrategias y Ventas del Grupo y ambos son candidatos al cargo

Los dos últimos veranos de SEAT han sido especialmente calientes. En 2005 se consumó el relevo del vicepresidente Comercial, Lars Santelmann, en su momento ideólogo de la nueva SEAT, ésa que aspiraba a fabricar menos coches con más margen y cuyo modelo de referencia es el actual Toledo. El fruto del fracaso de las ideas de Santelmann supuso su retorno a Alemania (donde, por cierto, inició otra fulgurante carrera en el área financiera) y el Expediente de Regulación de Empleo (Ere) de 2005 que acarreó la salida de cerca de 1.000 personas, 660 de ellas por extinción de contrato. En 2006 la Presidencia de VW, con un Piëch reforzado y con Porsche como accionista cada vez más presente, encargó un estudio a la consultora ATKearney para buscar una nueva solución. Este informe encargado por alemanes a alemanes (de origen norteamericano, ciertamente) dio como resultado una solución… alemana. Erich Schmitt se perfiló entonces como sustituto de Andreas Schleef, trabajando con una hoja de ruta donde la reducción de costes era lo fundamental. Atrás quedaba el soplo de aire latino que aportó Pino Tartaglione, vicepresidente comercial histriónico, pero ilusionante, candidato ‘in pectore' a reemplazar a Schleef y se volvía a la ortodoxia más alemana. Pero en 2007, cuando parecía que Schmitt tenía vía libre para implantar su plan, la fatalidad parece cebarse con SEAT y nuevos cambios se adivinan en el horizonte.

En este verano, con nuevos consultores alemanes merodeando las oficinas de Martorell (en este caso de Mckinsey), el detonante de la situación actual es algo tan privado y personal como la enfermedad del Presidente Schmitt. Cierto es que el ámbito privado debe protegerse, pero no es menos cierto que cuando una empresa presidencialista tiene la desgracia de que su presidente caiga enfermo ésta debe asumir su responsabilidad para con los trabajadores y el entorno y dar explicaciones mínimamente solventes, respetando, eso sí, la intimidad de la persona. Dentro y fuera de SEAT corren mil rumores sobre el estado real de la salud de Schmitt sobre los que no nos haremos eco. Lo que sí es un hecho ratificado en SEAT y en Volkswagen, es que hay dudas razonables de que Schmitt pueda continuar al frente de SEAT.

El calendario para una posible sucesión, o ratificación, coincide, de nuevo, en pleno agosto. Se ha suspendido el Comité Ejecutivo del 27 de agosto, algo extraño cuando suele ser un Comité importante de re-arranque de la actividad y de avanzar en el presupuesto de los próximos años, este año muy importante para SEAT, pues en ese presupuesto de medio plazo deben encajar las promesas de nuevos productos. Se ha anunciado la presencia de Schmitt en un acto promocional de SEAT-Red Bull en Oporto el 31 y hay Consejo de Administración, muy importante, el 6 de Septiembre. Parece claro que si Schmitt no sigue a finales de agosto lo sabremos.

Este más que posible relevo coincide en el tiempo con la elección del nuevo vicepresidente Mundial de Estrategia y Ventas y al menos dos de los candidatos finalistas para esta posición del Grupo Volkswagen tienen un perfil que podría encajar perfectamente como nuevo presidente de SEAT. A saber:

 

1. Utz Claassen, Presidente de la eléctrica EnBW ha comunicado a finales de julio que no seguirá en la compañía a partir de 1 de octubre de 2007. Claassen, de 44 años, fue vicepresidente del área financiera en la SEAT presidida por Llorens, entre 1993 y 1997, logrando mejorar notablemente los resultados de la compañía. Claassen, además, dejó el Grupo al ver frustrada su ambición de sustituir a Llorens al frente de SEAT cuando el Grupo eligió a De Smedt, como nuevo mandamás.

2. Magda Salarich. La hasta hace poco directora de Marketing de Citroën está tratando de ser captada por Francisco García Sanz, quien la ve como una presidenta ideal.

Cualquiera de los dos podría ir a Alemania al puesto de VP mundial de Estrategia y Ventas, y cualquiera de los dos podría ser un excelente Presidente de SEAT.

En paralelo, en Alemania se barajan más cambios. Jan-Enrik Lafrentz, vicepresidente financiero, está cada vez más cuestionado en SEAT y en Alemania y su relevo parece inminente, siendo casi seguro que no llegue a comenzar el ejercicio 2008. Asímismo, el vicepresidente comercial, Barthold Kruegger, que reemplazó a Tartaglione, que reemplazó a Schonbrum, que reemplazó a Santelmann en julio de 2005… está en el alero, tanto porque los resultados no acompañan como, sobre todo, porque la mencionada inminente incorporación de un nuevo responsable mundial de ventas de todo el grupo Volkswagen, está llamado a hacer cambios en las filiales que no acaban de funcionar… y SEAT está en esa lista.

Mientras tanto, el español Francisco García Sanz, responsable mundial de compras de Volkswagen y Presidente del Consejo de Administración de SEAT, está ejerciendo de presidente ejecutivo en funciones, coordinando a los vicepresidentes y dando continuidad a un mandato interrumpido bruscamente por la enfermedad. Su apuesta para SEAT parece clara: Magda Salarich.

Para acabar de entender el escenario, recientemente han llegado varios mensajes a Ferdinand Piëch y su entorno sobre la existencia de varios interesados en adquirir SEAT, en su totalidad o en parte. Fuentes vinculadas con estas operaciones nos han confirmado la existencia de la intención de compra de SEAT por parte de uno de los primeros fabricantes chinos, de la elaboración de una oferta para ser presentada en septiembre por parte de un capital-riesgo norteamericano y, sobre todo, de la constitución, todavía en fase preliminar, de un consorcio de empresas y empresarios españoles que han hecho llegar a Piëch su disposición para buscar una solución española para el problema español de Volkswagen. Varios de los posibles integrantes de este consorcio español, aglutinado por un conocido consultor barcelonés, tienen relación de negocio con el Grupo por lo que su ofrecimiento es mucho menos agresivo, que no decidido, que el del fondo americano o el fabricante chino. Pero, por conocimiento local, motivación e incluso impulso institucional, una solución española no especulativa parecería la mejor para una compañía que no acaba de encontrar el norte. Aunque la decisión de no vender SEAT se ratificó hace menos de un año, el percance empresarial que supone la indisposición del presidente Schmitt puede hacer replantear esta posición a Volkswagen, especialmente cuando, desde que se tomó aquella decisión se han vendido Aston Martin y Chrysler, están en proceso Land Rover, Jaguar y, en breve, lo estará Volvo. Tal vez este sea el momento para reconsiderar la opinión.

Para acabar de comprender el complejo panorama que se presenta en SEAT, el asistente de Schimitt ha confirmado que este continuará en septiembre. Así que tenemos un presidente aquejado de una enfermedad no aclarada que parece querer seguir, dos candidatos de peso para sustituirle y tres pre-ofertas de compra. Complejo panorama.