Además, MAFO ha pedido manos libres para poder operar sin tener que llamar a la puerta del Gobierno. Y también ha dejado claro su rechazo a un modelo de reestructuracion generalizado. No al 'manguerazo', porque eso supondría un ataque a la libre competencia y al libre mercado. No está nada claro que le vayan a hacer caso. No se lo han hecho en la necesaria reforma laboral. Hay que sacudirse la pereza y pasar el purgatorio, decía MAFO. Tampoco parece que le vayan a hacer caso en su opinión de que el margen de gasto está acabado.
Lo que sí parece es que el proceso de reestructuración está a punto de parir. Las líneas principales son las siguientes: máximo del 50% del capital, entrar en el Consejo de Administración y dotación de 30.000 millones de euros. MAFO no entra a valorar la cifra, pero llama a la urgencia. El Fondo estará pronto y la advertencia es clara: quien acuda a pedir esa liquidez será intervenido o cuasi-intervenido: su consejo puede ser removido y será el Banco de España quien pilote el futuro, incluidas fusiones. Y no, no son 'privadas' como insisten Gobierno y gobernador. Son fusiones de entidades cuasi públicas controladas por ayuntamientos, diputaciones y/o CCAA.