La polémica creada una vez que Hispanidad (28 de febrero) publicó el blindaje del presidente del BBVA, el consejero delegado, y el secretario del Consejo (122 millones de euros entre los tres) ha servido para poner sobre el tapete los sueldos de los ejecutivos españoles y las prebendas que se asigna Francisco González, el presidente del segundo banco del país y directivos mejor pagado de España.
Entre otras cosas porque el blindaje llega cuando el futuro de FG al frente de la entidad es incierto y el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, abría fuego contra los emolumentos (FG acumula ahora 4,1 millones de euros de salario), una pensión de 43 millones de euros y un blindaje anti-despido que seguramente, sólo para FG, superará los 60 millones de euros.
Pero el aumento no acaba ahí. El mismo documento de Buen Gobierno corporativo de BBVA afirma que tanto el presidente, FG, como el consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, recibirán esa indemnización, así como su pensión, con la condición de que no podrán trabajar en el sector financiero durante los dos próximos años siguientes a su marcha. Sin embargo, los prejubilados del BBVA (el goteo continúa) no pueden trabajar durante el resto de su vida, no ya en el sector financiero, sino en ningún otro sector, tienen que ir a su casa a cuidar del jardín, suponiendo que lo tengan. O eso, o vivir con el peligro de que el banco te reitre el salario prometido hasta enlazar con la prejubilación.