Casi todos los medios han 'vendido' el fallo del Supremo como un rechazo de la objeción. Sin embargo, como dice el presidente de la CONCAPA, Luis Carbonel, tres días de debates entre los 30 magistrados de la Sala de lo contencioso-administrativo del Supremo, necesariamente tiene que tener matices.
A la espera de conocer el fallo, hay algunos de estos matices que ya se han ido filtrando. En primer lugar, la sentencia recomienda al Gobierno que rehaga los decretos para evitar el riesgo adoctrinador. En segundo lugar, la sentencia considera que los actuales contenidos no alcanzan a adoctrinar. Pero sí podrían hacerlo los decretos autonómicos, los libros de texto y quizás los profesores. Así que los responsables del movimiento objetor insisten en que se abren puertas aunque se hayan cerrado otras.
Además, el presidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco, recomienda que los niños objetores sigan fuera del aula porque -en su opinión- tienen suficiente cobertura jurídica con los fallos favorables de los Superiores de Justicia. Además, la sentencia afecta sólo a los 4 casos juzgados, así que en otros casos, la decisión podría ser otra. Conclusión: estamos en medio de una batalla, el movimiento objetor no está desactivado y van a seguir adelante. ¿Dónde? Primero recurso ante el propio Supremo. Un tema formal, según el presidente de Profesionales por la Etica, Jaime Urcelay. Y después, Constitucional y Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Por último, el movimiento objetor reclama que el Ministerio de Educación tenga una actitud negociadora. Todo esto se acabaría si el Ministerio se sentara con las organizaciones objetoras y consensuara unos contenidos razonables. Así que la pelota está en el tejado del Ministerio de Educación.