Sr. Director:

Se nota que no tiene Vd. un hijo celíaco. Y me alegro de que no lo tenga, porque supongo que comulgar semanalmente con vino no es lo mejor para un niño (ni de la llamada "progresía" ni de ningún otro tipo de tendencia).

Me alegro de que todos en su familia gocen de buena salud. A veces no hay como tener una enfermedad entre los más cercanos para comprender las cosas.

Ahora resultará que los celíacos tienen la culpa de estar enfermos, y de que la Iglesia esté en crisis.

Carmen Alemany

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