A septiembre, todos los diarios nacionales pierden dinero. La crisis del sector les obliga al cierre o la reducción de ventas. Mantener las ventas artificiales y las promociones no hacen otra cosa que acelerar los números rojos y no implica más influencia. Y no, Internet no sirve como recambio

Oficialmente no reconocen conversaciones al respecto, pues podrían ser acusados ante la Comisión Nacional de  la Competencia (CNC) pero oficialmente es un claro en el sector: los editores de la prensa madrileña, la llamada prensa nacional hablan de subir el precio del ejemplar en kiosco hasta los 2 euros (actualmente 1,20). El 1 de enero no sería mal momento dado que los papeleros anuncian una subida del precio del papel de hasta el 20% en 2011. Eso, y que la publicidad remonta en TV e Internet, pero se estanca en radio y se reduce en prensa. Por cierto, los grandes anunciantes aseguran que en 2011 la publicidad volverá a descender. Y lo que es más importante. A 30 de septiembre todos los diarios madrileños están en números rojos. La verdad es que si hablamos de El País, El Mundo, ABC, La Razón, Público y Gaceta, todos ellos, salvo El País, terminaron 2009 en pérdidas. 

Subir el precio a dos euros supone vender menos ejemplares pero se mantendría la venta en número en kiosco. Se trata de vender menos, reducir la actual elefantiasis de papel -salvo para suplementos publicitarios- y terminar con las ventas falsas: suscripciones colectivas a precio de saldo, venta conjunta con prensa local (que aguanta mejor la crisis). También reducir promociones: películas, fascículos, porque resultado un pozo sin fondos: mantienen la venta pero a costa de drenar influencia (cada vez son más los clientes que compran la película y no leen el ejemplar) y encarecen los costes.

La publicidad tampoco acompaña. Por tanto, los ingresos por venta han de ser porcentualmente mayores. E Internet no es  la solución. Todos los diarios tratan de digitalizarse pero la estructura de costes de los mismos nada tiene que ver con la de prensa papel. Los punto.es son un fracaso comercial, fracaso que vuelve a concluir con los de siempre: la WWW es una infovía, no un mercado.

El problema para subir el precio es que deben hacerlo todos aproximadamente a la vez y en la misma dirección. Y es que la crisis ha hecho que los periódicos no traten de ser rentables sino de ser menos ruinosos que el otro, hasta obligarle a quebrar. Es una huída hacia adelante que no beneficia a nadie y que, además, ha tenido un resultado peligroso: se compite reduciendo las redacciones, especialmente a los periodistas veteranos, que son los que más cobran, sencillamente porque tienen más experiencia y más fuentes, adquiridas a lo largo de los años. Pero ese modelo de competencia reduce la calidad y precariza el empleo. Además, si tuviera éxito, si la competencia llevada al límite obligara a cerrar a algún diario, se reduciría el pluralismo informativo y no está claro que esos lectores fueran recogidos por otro medio económicamente más potente.

Algunos empresarios de prensa especialmente agresivos consideran que su primer objetivo es la cuenta de resultados, no la información. ¿Algunos o todos?

Por último, el plan de ayudas a la prensa que la AEDE (Asociación de Editores de Diarios Españoles) negoció con la ya ex vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, no parece que prospere. Introducir a la fuerza ejemplares en hospitales, escuelas, universidades y centros públicos no aumentará la influencia (lo que se regala no se valora) y sólo sirve para retrasar el final.

En resumen, queda el aumento de precio de venta como única forma de superar la crisis, el aumento de los ingresos por venta Y si ese proceso se produce, deberá ser rápido. Entre otras cosas para frenar la sangría de lectores de diarios que se marchan a la Red. En su tiempo se decía que al desaparecido diario YA se le iba un lector con cada esquela, con cada miembro de las generaciones talluditas que se moría. Pues bien, ese proceso ahora es general. Con cada esquela se marcha un lector de cualquier periódico de cualquier ideología.

Nota final: la prensa económica, sin duda la de más calidad, no está por el consenso. Primero porque sus ingresos relativos por venta son menores que los de la prensa generalista. En segundo lugar porque ya cuestan 1,60 euros y no pueden subir el PVP de forma indefinida.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com