El Ceo de International Consolidated Airlines Group (AIG), Willie Walsh (en la imagen) se ha comportado como un pequeño matón: en respuesta a requisitoria del Gobierno español, preocupado, como es lógico, por el hecho de que Iberia vaya a poner en la calle a 4.500 señores. "Hace mucho tiempo que no hago caso de lo que dice mamá", ha eructado el hortera de Walsh.

Sí, aunque ha asegurado que es irlandés, lo cierto es que Walsh  defiende los intereses de British Airways. También Iberia podía haberle dicho en el momento de la fusión que no tenía por qué aceptar un agujero de 4.000 millones de euros en el fondo de pensiones de BA. Y hablando de mamá y papá Estado, el amigo Walsh no debería olvidar que fue papá Estado quien le hizo el favor de contabilizar el agujero a su modo y medida. Es decir, que cuando le interesa, Mr. Willie sí que pregunta, e incluso reclama, los favores de mamá. En este caso, el gobierno británico.

Segundo culpable: Antonio Vázquez, actual presidente de IAG y antes de Iberia. La fusión tuvo sus partes favorables para Iberia (por ejemplo, es una empresa española), pero se hizo bajo el principio de una sola empresa con dos cuentas de resultados distintas. Ciertamente, a BA le ha ido mejor desde la fusión pero lo cierto es que ha crecido en negocio y rutas, mientras Iberia ha menguado. De hecho, según el modelo de fusión es un poco absurdo que sea la matriz IAG quien adquiera la mayoría de Vueling, obra de IB. En suma: ¿para qué se hizo la fusión? Iberia tiene necesidad de reducir plantilla y gastos, estamos de acuerdo. Pero si no hay sinergias en la fusión, también podía haberlo hecho sola.

Tercer culpable: el Gobierno español. Ana Pastor propuso un laudo que no tenía que proponer. ¿Quién es un juez para decir cómo se gestiona una empresa y cuánto cobran los empleados? Paz social sí, pero no a este precio.

Cuarto y principal culpable: los pilotos del SEPLA. Han sido ellos, no el personal de tierra, los que han boicoteado a la compañía. Cobran más que sus colegas, trabajan menos y encima, con sus huelgas chulescas, les han llevado a la ruina. Ahora pagan justos por pecadores: paga el personal de tierra por la prepotencia del SEPLA. Las mentiras de los sindicalistas que denuncian la dirección están cargadas de razón.

¿Es posible la fisión? ¿Por qué no? El ajuste va a ser igualmente duro pero, al menos Iberia no estaría varada. Y sobre todo, Iberia tiene que librarse de esa rémora que son los pilotos del SEPLA, un proceso nada sencillo.

Eulogio López

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