Este martes se debatía en el Congreso de los Diputados la proposición no de ley de Izquierda Unida sobre la supresión de los símbolos religiosos en los actos de toma de posesión del Gobierno.

La España profunda. Llamazares con su raca-raca laicista para mantener distancias palpables con el PSOE. El PNV aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para pedir la supresión de unos actos protocolarios sin validez jurídica y con la presencia de la Constitución. Mejor quitarlos.

El PP, que hay que respetar las raíces cristianas de España, pero que qué hacemos hablando de estos temas con los problemas que tiene el país. El PSOE, no, pero sí, sí, pero no, aunque tal vez, quién sabe. Y Llamazares, ERC y BNGa, raca-raca con los supuestos privilegios de la Iglesia.

Y en medio de este tedio de la enésima cuestión religiosa (¡otra vez!), Llamazares nos regala una de sus perlas. Esas que está obligado a hacer si quiere salir en los informativos. El comunista reprocha a los comunistas que naden y guarden la ropa, que no tengan posiciones claras. Y lo ejemplifica con EpC: Uds. mantienen la asignatura de religión, pero implantan Educación para la Ciudadanía; el monopolio de la moral frente al pluralismo moral; es como el agua y el aceite: absolutamente incompatibles.

Estoy de acuerdo. Por una vez y sin que sirva de precedentes, me parece que Llamazares la ha clavado: religión y EpC son incompatibles. No es compatible creer en la moral católica y al mismo tiempo admitir la que llaman ética civil que en tantos puntos chocan. Soplar y sorber no puede ser. Y puesto que sólo hay un Dios, o Dios es el Dios verdadero o es el dios inventando por el poder a su imagen y semejanza. O dicho de otra manera: cuando se relativiza lo sagrado, se sacraliza el poder.

Cuando no se acepta la religión, se impone EpC, la religión laicista del Ejecutivo Zapatero. Y claro, religión y EpC no son compatibles. Así que -siguiendo la lógica de Llamazares- se genera un problema al 80% de los padres que escoge la asignatura de religión para la educación de sus hijos. ¿Y ahora qué hacemos? Nos podemos inventar Guantanamos educativos, adecuaciones, echar agua en el vino. Pero la realidad la ha dejado clara el -de momento- coordinador general de IU: son incompatibles como el agua y el aceite.

El Gobierno lo sabe, pero se empeña en hacer círculos cuadrados al igual que se empeña en defender las creencias de los que no creen (sic). Pero sobre todo lo saben los padres. Y ya van por 30.000 los padres objetores. Todo un fiasco de una LOE que nació con la defunción política de la anterior ministra San Segundo. Por eso es tan oportuna la pregunta en la sesión de control de la tarde de este miércoles del portavoz popular de Educación, Juan Antonio Gómez Trinidad: ¿Puede hacer un balance de la aplicación de la LOE? O mejor, cabría preguntar: ¿Han conseguido Uds. mezclar el agua con el aceite?, ¿han conseguido Uds. hacer que los padres españoles comulguen con piedras de molino?

Luis Losada Pescador

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