Estos días estamos viendo cómo los medios de comunicación hablan de mucho o poco liderazgo en el PSOE para plantear un posible o no aplazamiento del cónclave socialista, previsto para el primer fin de semana de febrero.
Bien, esta terminología empleada de cuantificar el liderazgo, que los medios utilizan o que las fuentes de los medios emplean me resulta algo chocante, cuando esa medida en caso de que pudiera ser cuantificada, a mi entender, sería a través de los apoyos, del conocimiento, de la valoración de la gestión, etc., que suscite la persona o personas a las que se refieren.
Y dentro de los términos anteriores no se puede hablar de escaso liderazgo para solicitar un aplazamiento del congreso en el que la militancia del PSOE otorgara su confianza y por ende liderazgo a la persona que ocupe la secretaria general.
Creo que el liderazgo no lo otorgan los medios o las fuentes, lo otorgan los hechos y la perspectiva en el tiempo y el conjunto del PSOE en este caso y menos quitar la oportunidad de otorgar liderazgo a quienes en este caso les corresponde definir y decidir, los militantes.