El Tribunal Constitucional ha aceptado a trámite el recurso 5174-2003 promovido por el presidente del Gobierno, José María Aznar, contra el artículo 8 de la Ley del Parlamento Vasco 2/2003 de 7 de mayo, reguladora de las parejas de hecho. El Alto Tribunal ha aceptado el recurso por entender que la citada ley de parejas de hecho regula materia de derecho civil competencia exclusiva del Estado. Y es que, en efecto, el artículo 149.8 de nuestra Carta Magna establece de forma transparente que será materia exclusiva del Estado "legislación civil, sin perjuicio de la conservación, modificación y desarrollo por las Comunidades Autónomas de los derechos civiles, forales o especiales, allí donde existan. En todo caso, las reglas relativas a la aplicación y eficacia de las normas jurídicas, relaciones jurídico-civiles relativas a las formas de matrimonio, ordenación de los registros e instrumentos públicos, bases de las obligaciones contractuales, normas para resolver los conflictos de leyes y determinación de las fuentes del derecho, con respeto, en este último caso, a las normas de derecho foral o especial".
Exactamente la misma argumentación utilizada en un recurso similar presentado por el Partido Familia y Vida contra la Ley de Parejas de Hecho madrileña, impulsada por el Gobierno popular con la única oposición del presidente de la Asamblea de Madrid, Jesús Pedroche.
Es decir, el PP promueve en Madrid y Valencia lo que no tolera en el País Vasco ni en Navarra. En el caso de la comunidad foral navarra, 83 diputados del grupo parlamentario popular promovieron un recurso de inconstitucionalidad en relación a la Ley Foral 6/2000 de 3 de julio del Parlamento de Navarra para la igualdad jurídica de las parejas estables.
¿Coherencia? La argumentación jurídica es correcta, aunque un tanto pobre. Porque si la regulación de parejas de hecho fuese nacional, ¿sería entonces una buena propuesta? ¿El problema es meramente competencial o también moral? Y aquí es donde tocamos la fibra sensible, porque el centro-reformista vergonzante jamás hablará públicamente de moral. Si acaso de ética, que parece más laico. Y mejor de eficacia. "Bien hecho" es su lema.
Y 'vendiendo' eficacia, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro muestra su oposición a la regulación de las parejas de hecho porque "pondrían en riesgo el actual equilibrio de la Seguridad Social", que, al parecer, es lo único que importa. El problema es que no es verdad. En primer lugar, porque las parejas de hecho reguladas son una minoría insignificante en el conjunto de la población y, por tanto, su impacto presupuestario sería mínimo. Pero es que, además, si la medida fuese de Justicia, habría que buscar fórmulas para financiarla, lo mismo que hemos buscado fórmulas para financiar la sanidad y la educación universal, o hemos incrementado las pensiones de nuestros jubilados. ¿O se trataba de una medida electoralista?
Pero, ¿sería una medida justa? Esta es la pregunta que jamás se planteará públicamente el partido en el gobierno. ¿Justicia? No, mejor eficacia. Pero, veamos. ¿Por qué regular las parejas de hecho existiendo la figura jurídica del matrimonio? ¿Sería sensato que el legislativo bendijese una especie de matrimonio 'light' o presentase a modo de menú un matrimonio a la carta? Si alguien desea casarse, puede hacerlo. Afirmar frente a la sociedad un compromiso de fidelidad y ayuda mutua, comporta el beneficio social de una natalidad acogida en el seno de una familia que la sociedad -a través del Estado- reconoce y valora.
Si uno decide vivir una vida anarquista al margen de una sociedad que considera 'opresora' y burocrática, puede hacerlo libremente. Pero no parece muy razonable que exija derechos a esa misma sociedad a la que desprecia. Por cierto, esos que se dicen tan anarquistas y 'sin papeles', ¿firman hipotecas ante los bancos?, ¿comunican a la Dirección General de Tráfico la adquisición de su nuevo vehículo?, ¿solicitan subvenciones?, ¿declaran sus impuestos anualmente?, ¿acuden a los tribunales de justicia, si el inquilino deja de pagarles? Anarquismo asimétrico. O no...
Pero vayamos al meollo de la situación. Porque la batalla por la regulación de las parejas de hecho es la antesala de la batalla por la regulación del matrimonio homosexual. El PSOE -en su tradicional ejercicio de 'progresismo' de salón- ha presentado en reiteradas ocasiones enmiendas para la reforma del Código Civil en materia de matrimonio. La propuesta consiste en una redacción que conciba el matrimonio como "dos que se quieren" (Zapatero "dixit"), en lugar del vínculo entre un hombre y una mujer.
El PP ha rechazado la propuesta, algo incoherente con la posible inclusión de una regulación nacional de parejas de hecho en el programa electoral del PP anunciada por el director de Campaña popular, Gabriel Elorriaga. Porque si lo que se pretende es la legalización del matrimonio homosexual, ¿por qué no se sumaron a la propuesta socialista?
Los 'bien pensados' -hijos del 'mal menor'- afirman que "siempre será mejor la regulación popular nacional que las socialistas autonómicas". ¿Por qué? Dar aureola de bondad gratuita resulta poco consistente intelectualmente. ¿Qué garantías hay de una regulación 'mejor'? ¿En qué consiste la 'mejora'? ¿Cómo argumentará el PP su negativa a la reforma del Código Civil en materia de matrimonio después de promover una eventual regulación nacional de parejas de hecho? ¿En la ausencia de 'demanda social'? ¿Acaso existe 'demanda social' para la regulación que anuncia Elorriaga?
Aún suponiendo que la regulación popular no contemple la adopción por parejas homosexuales, ¿qué responderá el PP a la presión socialista en ese sentido? Mal escenario cuando el mismo Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid ha financiado un panfleto (con el dinero del contribuyente 'desequilibrado' fiscalmente) en el que el Colegio de Psiquiatras de Andalucía asegura que no existe riesgo psicológico para el menor.
El problema del PP es que ha dejado que el PSOE le tome la delantera en materia moral. Y como el PSOE ha anunciado que buscará consensos sociales para promover la regulación de las parejas de hecho, los fontaneros de Elorriaga han hecho un 'corta-pega' del adelanto socialista. El PP ya no va detrás de la prensa, sino detrás de Ferraz, que es más grave.
Porque el centro-reformismo vergonzante impide afirmar que la homosexualidad es una desviación de la naturaleza o del comportamiento, que conviene ser tratada y que resulta curable. Prefieren sumarse a la tesis de la 'autodeterminación sexual', según la cual uno elige el sexo y el tipo de relación sexual que desea mantener. Algo así como la elección de los padres que nos dieron vida. Uno supera la 'construcción social' y decide libremente darse unos padres diferentes a los que no ha elegido. De esta forma, se supone que somos perfectamente libres.
El problema es que la libertad no es posible, si no se acepta la naturaleza. Uno no puede volar como superman. Y si decide superar la 'construcción social estereotipada', su vida correrá riesgo. La naturaleza no permite ser violentada. Y su transgresión siempre pasa factura. Temprana y con IVA. De la misma forma, el matrimonio es una institución 'natural'. Convertirla en una elección de mi capricho, supone poner en riesgo la estabilidad social y la mía propia. ¿Es esta la aspiración del interés general?
Por otra parte, si aceptamos el capricho como fuente del derecho, ¿por qué no aceptar otros 'modelos relacionales', como matrimonio o pareja de hecho? ¿Por qué ser tan 'estrechos' y no aceptar los tríos amorosos? ¿Y qué me dicen del modelo poligámico? Y ¿por qué marginar a aquellos que han decidido mantener una relación conyugal con su gata? Y ya puestos, ¿por qué los hogares unipersonales no son considerados familia?
Doble contra sencillo a que el PP no se atreverá a emitir un discurso semejante. Ni siquiera el ministro de Justicia, José María Michavila, que privadamente mantiene una vida ejemplar y hasta religiosa, pero que públicamente practica un vergonzante ejercicio de cintura sobre todo asunto moralmente delicado que le pueda salpicar como 'opusino' o 'legionario'. Y no se atreverán porque tras ocho años de 'eficaz' gobierno popular, quien sigue marcando el discurso ideológico en España es el ¡progresismo cultural'.
Luis Losada Pescador
Posdata: Si quiere hacer oír su voz sobre la eventual regulación de las parejas de hecho a los responsables del PP y del PSOE, puede hacerlo en www.hazteoir.org