Parece obvio que cuando la Constitución habla de la lengua de todos los españoles se refiere al castellano o español. Sin embargo, el reglamento del Senado hace una interpretación un tanto sui generis para justificar que cuando se dice todos, se pretende incluir también a las lenguas cooficiales. De esta manera se pone fin a un debate que se inicia en el 2005 sobre el uso de las lenguas autonómicas en la cámara de representación territorial.
No obstante, el reglamento tasa las ocasiones en las que esas lenguas pueden ser utilizadas. Son más bien pocas. Es verdad que el senador puede dirigirse por escrito en cualquiera de esas lenguas. Pero en la comunicación oral sólo puede ser utilizada en la comisión general y en el pleno con ocasión del debate de mociones. Desde luego, no en las sesiones de control, porque restaría velocidad y ritmo al debate, argumentan. O dicho de otra manera, se trataba de dar satisfacción a los nacionalistas. Ma non tropo