Los intermediarios aplauden la vuelta al ‘antiguo Régimen', a lo de siempre: dinero del contribuyente para tapar una mala gestión bancaria y una especulación disparada. En el parque madrileño, la cotización de los bancos aumentó por encima del 6% a media sesión. La medida de Tesoro norteamericano contradice y anula toda la política del Banco Central Europeo. Es como si los inversores dijeran: si lo hace Estados Unidos, tendrán que hacerlo todos los países de Europa. Y mientras se salvan bancos con dinero público, las empresas continúan sin liquidez para financiar sus inversiones reales
George Bush ha cedido y ha condenado a los contribuyentes norteamericanos a pagar la mala gestión de dos firmas hipotecarias -bancarias- del país: Fannie Mae y Freddie Mac. Su secretario del Tesoro, Henry Paulson, aceptó que se iban a intervenir, aunque no dejó claro cuál será el coste para los ciudadanos estadounidenses y cuál la repercusión sobre el déficit norteamericano, que incide directamente en el resto del mundo.Pero los mercados lo han entendido muy bien y lo han interpretado de forma inequívoca: vuelve el "antiguo régimen", es decir, que los Gobiernos ceden y hacen que todos los contribuyentes paguen los rotos de una mala gestión bancaria y, sobre todo, de una especulación desatada, una burbuja especulativa montada sobre las hipotecas. Poco antes de que Paulson hiciera pública la "rendición" de la Administración USA, Standard & Poors, calculaba que las perdidas por CDO -bonos montados sobre el negocio hipotecario- ascenderían a 500.000 millones de dólares. En definitiva, los contribuyentes pagan los platos rotos por los especuladores.
Al menos las bolsas europeas, que abrían el lunes, sin esperar a que Wall Street marcara el camino, interpretaron la intervención de Fannie Mae y Freddie Mac de esta forma: espectaculares subidas, especialmente de los bancos, es decir, de los instrumentos especulativos -unos más y otros menos-, que son los causantes de la crisis. En Madrid, Santander y BBVA subieron más de 6 puntos (por encima del 4%). La mayoría paga los desafueros de la minoría dada a la especulación. Y si lo hacen los norteamericanos, los gobiernos europeos también tendrán que hacerlo.
La decisión de Bush contradice toda la política del Banco Central Europeo, más bien la anula. Es verdad que el BCE se ha negado a bajar tipos para reactivar la economía pero lo de Washington tampoco ayuda: simplemente corre presuroso en socorro del pirómano y le regala fósforos y gasolinas.
Y lo peor es que, el repunte bancario no garantiza, de hecho nada tiene que ver con la crisis de confianza en el crédito, es decir, con el hecho -y esto sí es grave- de que los bancos niegan las empresas a crédito para sus inversiones, lo que conlleva paro.
Pero, eso sí, la Bolsa sube, sobre todo los bancos.