Ministros de UCD, hombres del PCE y notables de la Constitución: todos coinciden en la insensatez de Zapatero, con tres acusaciones muy claras: su social-nacionalismo, su vuelta a las dos españas y su empleo de fondos públicos para mantenerse en el poder

En Ferraz debían pensar que se trataba de un aquelarre pero sólo eran los notables de la Transición española, algunos provenientes de la UCD, pero también del antiguo PCE, convocados -noche del lunes- para la puesta de largo del Foro de la Sociedad Civil, que comanda el ex ministro Ignacio Camuñas y que ha elaborado una obra colectiva sobre el actual momento político y económico del país.

Obra colectiva en la que ha participado Ramón Tamames, Gaspar Ariño, Jiménez de Parga y otros notables, un acertado diagnóstico alrededor de dos ideas:

1. Zapatero es un desastre, que ha retrotraído los logros de la Transición, en especial la reconciliación entre españoles, a 1936.

2. Urge modificar la ley electoral y el Estado de las autonomías.

En la obra se acusa a ZP de haber vuelo al guerracivilismo y de haber desenterrado viejas heridas que los españoles habían olvidado con UCD, Felipe González y Aznar. Además, con tal de mantenerse en el poder, ZP ha roto el mercado único y se ha liado con partidos nacionalistas con el único objetivo de aislar al PP y mantenerse en La Moncloa, con cesiones a partidos e independentistas y negociaciones con grupos terroristas que han puesto España para arriba.

Asimismo, se pone en solfa el criticismo de Zapatero frente a la Unión Europea, aunque todos los firmantes hacen fe de europeísmo previo. Simplemente consideran que se ha ido demasiado lejos.

Especial hincapié se hace en la necesidad de que los políticos deben  de ser empleados de los partidos. Así se reclaman listas abiertas y remodelación de las actuales circunscripciones electorales, que permitan evitar la perpetuación de los partidos políticos de siempre con enormes barreras de entrada al sistema, amén del autoritarismo en la vida interna de los partidos y a la hora de confeccionar las listas. Se reclama el modelo americano, de cercanía entre lectores y elegidos y de independencia de los diputados frente las cúpulas de sus formaciones.

En definitiva, cunde la idea de que el actual presidente del Gobierno no da la talla, idea, cada día más extendida, entre lo que Felipe González llamaría la opinión publicada.