La morosidad rampante también alcanza al Popular. Los resultados del primer trimestre del año ofrecen una morosidad del 3,82%. El banco multiplica así por 3,89 la morosidad del primer trimestre de 2008 (0,98%). En este sentido, Roberto Higuera, consejero delegado del Banco Popular, explicó que el primer trimestre ha sido especial, ya que en enero el valor de los morosos se elevó a 857 millones de euros, mientras que en febrero fue de 417 millones y de 228 millones en marzo. También es cierto que el banco inició una estrategia de recuperación que su consejero delegado explica como dos Populares y que consiste en tener un equipo en las direcciones territoriales y en los servicios centrales dedicado a recuperar la mora. Además, Higuera confía en que la morosidad haya tocado suelo. Mientras tanto, la cobertura en el primer trimestre de este ejercicio es del 51%, dividiendo por 3,65% la cobertura de los primeros tres meses de 2008 (185,38%). El beneficio neto presenta una caída del 32,9%.
En los datos del banco destaca la caída de la eficiencia. El Popular presume de tener la ratio de eficiencia más baja, un 28,34% frente al 40,5% de Banesto o el 43,7% de Bankinter. El ROA baja en este primer trimestre del 1,33% al 0,84%, aunque sigue siendo superior al de Bankinter (0,52%) y Banesto (0,69%). También desciende su ROE: del 21,95% al 13,73%, algo inferior al 13,79 de Bankinter y algo por debajo del 16% de Banesto.
El Banco Popular está pagando la des-vallsificación, que se produjo desde el momento en que decidieron financiar la toma de inmobiliarias con la garantía de las acciones de la propia inmobiliaria, una práctica muy poco acorde con su ancestral gestión bancaria conservadora. El nuevo rumbo contradecía el buen hacer bancario que buscaba Luis Valls, que nunca habría aceptado este tipo de operaciones. Y justo en ese momento, llegó la crisis.