El proceso de conversión está originado por un testimonio de la propia existencia que se robustece con el sosiego que ocasiona el hacer el bien y, culmina, con el tropiezo particular con el Creador.

Han sido cuantiosos los que han tornado a la fe. Unos son conocidos protagonistas del mundo del deporte, la zambra o la política.

Julio González, jugador de balompié fue atropellado y le costó el brazo derecho. Le trocó el ánimo llevándole a estimar más su existencia, su hogar familiar y su fe, como dijo al rotativo El Comercio: Dios me regaló el fútbol, una familia, hijos y jugar en mi selección.

Otro jugador de fútbol turco, Mateja Kezman, de 28 lapsos de tiempo, afirmó que ayuna habitualmente los miércoles y viernes y que su fe es cada día mas sublime. El deportista serbio recobró su fe tras mucho tiempo dedicado a una vida turbulenta y descocada.

También el genio del ajedrez, Bobby Fischer, exigió ser sepultado como católico antes de fenecer. Fischer, quien pasó a la historia, al deponer al jugador ruso, Boris Spassky.

El primer italiano a quien, la reina Isabel II de Inglaterra, nombró Caballero del Imperio Británico, fue al preboste del cine, Franco Zeffirelli, autor de clásicos del cine como la película Jesús de Nazaret, coloca su fe por encima de todas las cosas de la tierra.

Adriana Lima es el icono de Victoria´s Secret y una de las maniquíes cariocas más valoradas. Ha revelado que, además de católica practicante, es virgen y no catará el sexo hasta después del matrimonio. De ahí que también juzgue que el aborto es un asesinato y se manifieste a favor de la fidelidad y la abstinencia como los mejores condones.

Admirar a quienes residen transmitiendo su fe con obras, no puede subsistir en simple contemplación, nos debe estimular a la imitación y a la acción, hacia una vida mejor.

Clemente Ferrer Roselló

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