Las subvenciones al carbón nacional continuarán hasta 2014, a razón de 1.000 millones de euros anuales. Las eléctricas advierten que no les cabe más carbón en los almacenes
La sangría de la ecología verde se mantiene. Si en 2009 el Gobierno subvencionó con 6.200 millones de euros las primas a las renovables -sobre todo a la fotovoltaica-. En 2010, según los cálculos del propio Ministerio de Industria, la factura ascenderá a 7.000 millones.
Pero lo más importante es que tras los reiterados avisos de que las subvenciones a la energía verde, sobre todo a la solar-fotovoltaica, nos llevan a la ruina (lo previsto son 151.000 millones de euros hasta 2020) el ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha cedido ante las presiones de los bancos que financian a la carísima energía solar y reducirá 500 millones de euros al año sobre 7.000. La montaña parió un ratón.
Los solares aseguran que toda reducción en las primas se aplacaría con efecto retroactivo, lo que argentinizaría España y mermaría la imagen de seguridad jurídica de nuestro país. Bueno, quien más lo repite no son los solares sino los bancos que les financian, que amenazan al Gobierno de la nación con desprestigiar a España -aún más- en los mercados financieros. Y a los bancos se han unido ahora las embajadas.
Y a eso hay que unir el carbón. La Unión Europea ha permitido al Gobierno alargar las ayudas al carbón nacional (que las eléctricas deben comprar quieran o no quieran) hasta 2014. Este año esas ayudas representarán 1.000 millones de euros. Y encima hay que pagar los derechos de emisión.
Aquí el problema es que tanto Endesa como Iberdrola y Gas Natural Fenosa tienen sus almacenes a rebosar de carbón: ya no les cabe más.
La sangría continúa.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com