Tras dirigir dos dramas tan personales como bellos (La reina Isabel en persona y Teresa, Teresa), Rafael Gordon presenta este documental biográfico alrededor de la fotógrafa de la movida madrileña: Bárbara Allende Gil de Biedma, más conocida por su nombre artístico de Ouka Leele.
Rodada a lo largo de cinco años, La mirada de Ouka Leele acerca al espectador tanto la figura personal como profesional de esta artista de la imagen. De alguna forma, Gordon repite lo que hizo Víctor Erice, en el año 1992, con el magnífico pintor Antonio López en El sol del membrillo.
Es decir, retratar íntimamente a la mujer al mismo tiempo que Ouka Leele pintaba su obra más arriesgada: un mural de 240 metros cuadrados en Ceutí (Murcia).
Aunque, técnicamente, el documental está bien realizado y ha conseguido transmitir la personalidad de la protagonista del mismo (esto sólo se logra con horas y horas de trabajo), como les ha ocurrido a otros directores, Rafael Gordon se ha enamorado del personaje de su obra, lo que se traduce en que ha magnificado su figura. Eso ha conducido a que Gordon haya definido a Ouka como un ejemplo de la cotidianeidad cuando precisamente ese calificativo está en las antípodas de lo que ha sido esta fotógrafa a lo largo de su carrera donde siempre ha jugado a retratar (sobre todo en los primeros tiempos) a lo más excéntrico de la naturaleza humana. A más a más, Gordon ha declarado no sé si Ouka es mágica, espiritual o esotérica, esta afirmación da la clave fundamental de lo que vemos en la pantalla: una mujer que, sin duda, posee buenas intenciones y busca su camino pero que tiene un cacao mental de enormes proporciones.
La mirada de Ouka Leele se estrenó el viernes 4 de diciembre
Para: Los que quieran descubrir una obra diferente (y, sin duda, la menos interesante) de Rafael Gordon
Rodada a lo largo de cinco años, La mirada de Ouka Leele acerca al espectador tanto la figura personal como profesional de esta artista de la imagen. De alguna forma, Gordon repite lo que hizo Víctor Erice, en el año 1992, con el magnífico pintor Antonio López en El sol del membrillo.
Es decir, retratar íntimamente a la mujer al mismo tiempo que Ouka Leele pintaba su obra más arriesgada: un mural de 240 metros cuadrados en Ceutí (Murcia).
Aunque, técnicamente, el documental está bien realizado y ha conseguido transmitir la personalidad de la protagonista del mismo (esto sólo se logra con horas y horas de trabajo), como les ha ocurrido a otros directores, Rafael Gordon se ha enamorado del personaje de su obra, lo que se traduce en que ha magnificado su figura. Eso ha conducido a que Gordon haya definido a Ouka como un ejemplo de la cotidianeidad cuando precisamente ese calificativo está en las antípodas de lo que ha sido esta fotógrafa a lo largo de su carrera donde siempre ha jugado a retratar (sobre todo en los primeros tiempos) a lo más excéntrico de la naturaleza humana. A más a más, Gordon ha declarado no sé si Ouka es mágica, espiritual o esotérica, esta afirmación da la clave fundamental de lo que vemos en la pantalla: una mujer que, sin duda, posee buenas intenciones y busca su camino pero que tiene un cacao mental de enormes proporciones.
La mirada de Ouka Leele se estrenó el viernes 4 de diciembre
Para: Los que quieran descubrir una obra diferente (y, sin duda, la menos interesante) de Rafael Gordon