Voy a tener que limitar mi asistencia a este tipo de actos porque nos iba a salir muy caro, señala Zapatero El plan de inversión municipal es conocido por los socialistas como el plan Zapatero. A mayor gloria, que para eso está la publicidad de las obritas. En su momento, el presidente de la FEMP, Pedro Castro -el que dijo que los votantes del PP eran tontos de los cojones- señaló que se trataba de unos Reyes Magos anticipados. Pero ahora quiere más. Quiere un segundo plan que podrían haberles ofrecido si este funciona bien. Y en esas están. Zapatero asegura que saldrá bien, a pesar de que de momento se han creado 65.000 empleos y de que Zapatero se comprometió este domingo a garantizar 400.000.
Hablamos de empleos, no de obras, porque ese es un tema secundario, según se señaló este domingo durante la celebración socialista del 30º aniversario de los ayuntamientos democráticos. Por cierto, que pareciera que hasta que llegaron los socialistas no se había hecho un polideportivo o un centro cultural. Regresemos: empleo prioritario sobre las obras. O sea, keynesianismo en estado puro. Y quieren más. No sólo quieren un segundo plan, sino una mejora de la financiación local. La exigencia ha sido tan reiterada que Zapatero ha tenido que echar mano del humor para decir que voy a tener que limitar mis asistencias a este tipo de actos porque nos saldrían muy caros.
Además, Zapatero apeló a la limitación de los recursos públicos (no son infinitos, pero también mostró el gasto y la inversión pública como la seña de identidad frente a un PP que apuesta por la austeridad. Ante el freno de la iniciativa privada hay que echar mano del sector público para salvar las fábricas de automóviles. Así que ya saben: más gasto.
Y para el PP: patada en la espinilla. Hipócritas, considera Zapatero. Porque mientras Rajoy predica austeridad, sus responsables autonómicos y locales reclaman más recursos. Que se los pidan a Rajoy.