Sr. Director:
Antes de Semana Santa hemos apreciado como el sumario del caso del doctor Morín continúa desvelando datos que incrementan la alarma social.
Al dato de que Morín y sus colaboradores practicaron abortos a niñas de trece años y extrajeron fetos incluso de 33 semanas, se une ahora que el doctor está infectado con el virus VIH y que en ocasiones empleaba a limpiadoras como instrumentistas en el quirófano. Los imputados se deshacían de los fetos como si fueran residuos sanitarios, además de trocearlos y pincharlos para eliminar cualquier expresión de vida. Según hemos podido leer en prensa, los hechos referidos aparecen en las más de 4.000 páginas del sumario judicial, cuya lectura provoca una sensación de rechazo y horror en cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. ¿No les parece esta una crueldad que nos recuerda la de hace 20 siglos? La infracción clara y evidente de la legislación penal debe ser sancionada por los jueces con rigor.
Creo que, en este caso, no caben leyes ni decretos de punto final. ¿No le parece, Sr. Director, que ni siquiera con la más amplia y extensiva interpretación puede aceptarse que tales atrocidades estén amparadas por la ley, que no debería existir, de despenalización del aborto? Por tanto, los autores de tales conductas y sus cómplices deberán sufrir las consecuencias que establece el ordenamiento jurídico.
JD Mez Madrid
jdmezmar112@gmail.com