- Pensando en su propio hastío, el Rey ha olvidado el viejo dicho "en tiempos de tribulación no hacer mudanza".
- Y como siempre, a los españoles les salva su ironía.
- Un Rey rendido incluso cita a Letizia en positivo... por primera vez.
- Los dos líderes mayoritarios son los únicos que le han apoyado.
- Pero el líder comunista, Cayo Lara, pide un referéndum por la república.
- Artur Mas une la abdicación del Rey con la independencia de Cataluña, señal evidente de que el Rey ha tomado la postura más cómoda, a pesar de "querer lo mejor para España".
- Y más: Íñigo Urkullu se ha encargado de recordar que se ha cerrado un ciclo y que "la cuestión vasca" no está resuelta.
- Convocadas varias concentraciones a favor de la III República a las pocas horas del anuncio real.
El mensaje del Rey (en la imagen) con motivo de su abdicación no convence a nadie salvo a Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba, pero eso estaba en el guión.
SM La Reina acababa de llegar del aquelarre Bilderberg y la clase política no estaba al tanto de la operación... aunque ahora resulta que todos lo sabían todo.
Pero no debían saber cuál iba a ser la reacción. Y si lo sabían, entonces no tienen disculpa. En pleno proceso secesionista, en pleno auge del populismo más demagógico y en plena crisis y, sobre todo, en pleno ambiente guerracivilista, lo último que tenían que haber hecho es abdicar en su hijo, el futuro Felipe VI, quien ahora se va a topar
Así, el líder comunista Cayo Lara se ha apresurado a solicitar un referéndum por la república. Artur Mas, sin una palabra amable para el dimitido, ha dicho que el referéndum sigue adelante. Íñigo Urkullu ha recordado que los hechos históricos vascos siguen pendientes y que la cuestión vasca no está cerrada. Cada uno a lo suyo. Además, a las pocas horas del anuncio real, se han convocado concentraciones a favor de la III República, tanto en Madrid como en otras ciudades españolas.
En definitiva, la abdicación del Rey no puede resultar más cobarde, más inoportuna y, encima, dispara el guerracivilismo, que en España ya es algo más que latente.
El Rey se ha rendido. En tiempos de tribulación no hacer mudanza, pero es cuando ha hecho la gran mudanza y deja a su sucesor un ambiente envenenado. Y en su rendición ha sido total: hasta se ha permitido nombra a Doña Letizia Ortiz en positivo, aunque ha sido su cruz durante esta última década. Y lo peor: el prestigio del Príncipe no le llega al Rey ni a la altura del betún, sobre todo en la esfera internacional.
Juan Carlos I ha definido su reinado como un periodo "de paz, libertad, estabilidad y progreso". Sí, pero sin entrar en las manchas negras de su reinado, se trata de un buen periodo con un pésimo final.
Eso sí, nos queda el buen humor, la retranca española, en su punto más alto de ingenio. Reparen en El Rey León. Eso es lo que nos salva.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com