Sr. Director:

 

Desconozco si aún existe el premio anual Quijote de Oro, existente antaño en la época franquista y concedido a quien se hubiese distinguido ese año por una actuación quijotesca, es decir, por su lucha contra imposibles por defender, en solitario y a ultranza, un ideal. Una lucha simbolizada por el conocido episodio del hidalgo caballero y los molinos de viento, para él gigantes poderosos.

 

Si todavía se entrega, creo que en 2004 hay dos personajes con mucho mérito para recibirlo: la juez de la Audiencia Nacional, doña Teresa Palacios, y el  señor Franco Otegui, accionista minoritario y  denunciante de la querella contra Botín, Amusátegui y Corgóstegui.

 

Como ciudadano de a pie, me reconforta mucho saber que todavía hay 
miembros en nuestra sociedad civil, aunque contados y excepcionales, que creen, defienden y luchan por conceptos elementales de la justicia e igualdad para todos.

 

¡Bravo por la juez!, y también ¡bravo por el querellante!

 

Silvia Cabanzón

 

gocasil@yahoo.es