En esta mañana post-futbolística me siento indignado, no sólo por la censura de TVE del himno nacional o por el desprecio de los jugadores del Barça a los periodistas de TVE (manda), sino sobre todo por la falta de coherencia de mis conciudadanos y conciudadanas vascos y vascas y catalanes y catalanas y de mi conciudadano su majestad.
Después de celebrarse el partido entre el Bilbao y el Barça yo me pregunto: ¿Por qué se inscribe el equipo del Sr. Laporta y del Sr. García Macua a este torneo? Por prestigio no será, porque este torneo realmente no es tan reconocido, ni siquiera por los clubes (¿Quién lo ganó el año pasado, quién metió el gol de la victoria?). Por orgullo, creo que tampoco, porque tener en sus vitrinas la copa de un Rey que no lo consideran suyo, no creo que sea motivo de jactancia. ¿Por dinero? Sería una lástima, pero los gritos y brincos de los futbolistas no me parecían que fueran por este motivo, y la alegría de los aficionados tampoco parecía a la del día de la Lotería (aparte, que yo creo que ellos saben que no les va a tocar ni un solo pellizco). Entonces, ¿qué pintan estos dos equipos aquí? ¿Qué pintan los miles de aficionados que silban el himno nacional? ¡Hipócritas!
Finalmente, alguien le debe decir a nuestro Rey que hay lugares a los que no debería acudir y otros a los que si no es bien recibido se podría marchar, incluso llevándose sus pertenencias.
Javier Ruiz
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