Carlos Herrera, en Onda Cero, se refería la gala de los Goya de ayer, en la que se entregan los premios del cine español: parece que no fue un ladrillo, fue más corta y ha ganado Almodóvar los premios que no le han dado los americanos, que le han dicho que su película ya la han visto, que es la misma. Los americanos tienen un concepto diferente del cine. Volver es una extraordinaria película ganó casi todos los premios de la Academia.

 

Los demás tertulianos de Onda cero también se referían a la gala de entrega de los premios Goya del cine español. Antonio Casado destacaba sobre los premios Goya que en la propia profesión está el afán de protagonismo, la vanidad y habiendo lo que hay, lo más ventajoso de ayer fue que no hubo que trasnochar demasiado.

 

Paco Robles comentaba sobre la gala que es la impostura del progresismo, que no quiere parecer yanki, porque esto es una mala fotocopia de los Oscar. Es un gremio que se reúne para premiarse unos a otros y decirnos que tenemos que ver sus películas. 

 

Ignacio Camacho opinaba que la gala tuvo más ritmo. Pero los premios Goya en sí mismos me producen una sensación muy de una endogamia muy sórdida, el cine español trata de animarse a sí mismo con uno egocentrismo. Y destacaba el desprecio absoluto con el que tratan a esta gala en Europa, que nadie fue a recoger el premio a la mejor película extranjera.

 

A Pilar Cernuda le pareció que faltó magia, escenografía, con glamour y con ingenio, el escenario era antiguo, pesado, eché de menos otras galas, las que más me gustaban eran las de Pilar Miró. Y detacaba también esa falsa progresía en los hombres que para demostrar que son muy de izquierdas van hechos unos zarrapastrosos, sucios. No entiendo que un señor vaya a recoger un premio con un pantalón vaquero, unas zapatillas de deporte viejas. Así como las mujeres hicieron un esfuerzo por sumarse a una gala, los hombres no.