Barrera de Irimo resucita como pieza clave de un gran pacto empresarial e informativo entre Berlusconi y Zapatero. Barrera representa a Benetton y a Telecom Italia en España. Roma quiere compensar en el sur el eje París-Berlín, pero Zapatero se encuentra muy a gusto como complemento de alemanes y franceses.
Durante la noche del martes 22, la mayor de las confusiones reinaba en las grandes plazas financieras europeas. Por una parte, el ministro de Trabajo italiano, Roberto Maroni, advertía que la OPA de BBVA sobre BNL era una agresión al sistema crediticio italiano, mientras su jefe de filas gubernamental, Silvio Berlusconi, afirmaba lo contrario, sólo que de distinta forma: No peligra la italianidad de los bancos trasalpinos.
La contradicción entre ambas declaraciones añadía confusión a una operación que no deja de ser la punta del iceberg de todo un proyecto que pretende reformar las relaciones hispano-italianas desde otro punto de vista.
De hecho, el origen de todo estriba en el enfado del Gobierno español por la presencia italiana en un sector estratégico como es el informativo (el que más preocupa a Zapatero). Especialmente en Tele 5, propiedad del mismísimo primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Ojo, a pesar del carácter conservador de Berlusconi, Tele 5 fue el canal de televisión más crítico con el Aznarismo y ahora ha mantenido una postura al menos equidistante entre el PSOE y el PP. Sin embargo, Zapatero considera que un canal de televisión, con licencia del Estado español, no debe ser propiedad del presidente italiano y, al mismo tiempo, adoptar cualquier tipo de crítica hacia su política.
Fue el momento elegido por Francisco González, presidente del BBVA, para lanzar su OPA sobre el banco italiano BNL, del que posee un 15%. FG controla el BBVA sin apenas participación en el capital (0,04%), y tras la operación de Sacyr sabe que debe comer o ser comido. Su sueño es el ABN holandés, pero Rijkman Groenink, su primer ejecutivo, prefiere volar solo. A fin de cuentas, es algo más pequeño que el BBVA y no quiere ir de perdedor. En definitiva, ha aprovechado el río revuelto creado por FG para lanzar una OPA sobre el también italiano Antonveneta. En el mercado hay quien dice que las dos operaciones confluirán al final, y que BBVA y ABN están llamados a unirse, pero eso parece lago difícil de aceptar. En cualquier caso, Bruselas presiona a Italia para que otorgue el visto bueno a ambas operaciones, mientras Italia recuerda que el sistema bancario italiano ya cuenta con mucha presencia extranjera. Por ejemplo, Crédit Agricole posee el 18% de Intesa y el Santander de Emilio Botín el 8% de San Apolo IMI.
Pero hay más. Zapatero, a pesar de su proclividad al eje París-Berlín, ha hecho concesiones. Por ejemplo, regalarle Aldeasa a los italianos de Benetton. El ex ministro de Felipe González, Javier Gómez Navarro, se hará con la Presidencia de un entramado en el que figura la franco española Altadis (en la mañana del miércoles 23, Autogrill hacía pública su oferta mejorada por Aldeasa).
Irrumpe así en escena un hombre clave en las relaciones hispano-italianas, como es Antonio Barrera de Irimo, quien en su día fuera presidente de Telefónica y conocido como el hombre de Estados Unidos en Madrid. Barrera representa los intereses de Benetton en España, así como los de Telecom Italia. En Roma aún no han renunciado a fusionar Telecom Italia con Telefónica, y don Antonio Barrera está en medio.
En sus ratos libres, Barrera sigue siendo el presidente mundial de Bull, socio de los Bonomi en Picking Pack, miembro del Consejo Internacional del banco Santander, hombre que ha representado al BBV (fue el mentor de Ángel Corcóstegui) y uno de los grandes amigos de Isidro Fainé, director genera de La Caixa y vicepresidente de Telefónica. Barrera mantiene buenas relaciones con Berlusconi, mejor que con Aznar, del que fue profesor, pero ahora se encuentra un tanto distanciado, y ha sido uno de los empresarios más representados por el Felipismo. En resumen, si hay un personaje capaz de crear un nuevo marco de relaciones, especialmente empresariales, entre Madrid y Roma, ese es don Antonio.
Lo cierto es que Zapatero se siente a gusto como complemento (florero, como se dice en la City madrileña) de Jacques Chirac y Gerhard Schröder, pero Italia tiene muchos intereses empresariales en España, especialmente informativos. Y Zapatero es muy sensible a la información. Aunque, como afirmaba en la mañana del miércoles 23 un operador, no está claro si Zapatero le ha pedido a Berlusconi que apruebe el control de la BNL por BBVA o justo lo contrario : todo el mundo es consciente de que si FG falla en esta opción, entonces sí que FG será carne de cañón. A partir de ahí, el BBVA estaría llamado a recomponer todo su accionariado, o bien con el temido HSBC británico, o bien con la entrada de unos accionistas de referencia que compusieron ese núcleo duro que tanto desprecia FG. Es decir, no es el BNL quien se juega su futuro, sino el presidente del BBVA. Pero ni él mismo sabe que forma parte de una operación mucho más profunda: del pacto hispano-italiano.