Es el yerno que toda suegra desearía, pero hay quien no se fía de la opinión de un colectivo más denostado como el de las madres políticas. Esa apariencia tan suya, tan de chico formal, le permite lanzar las mayores burradas sin que tiemble el Misterio, o más bien sin que tiemble el misterioso mundo de la mente humana.
Lo cierto es que Gabilondo, y en general la Cadena Ser de don Jesús Polanco, sigue la tónica marcada hace ya dos décadas por el consejero delegado del Grupo, Juan Luis Cebrián. "El silencio no ha matado a nadie". Frase cuando menos discutible, al menos si de influencia hablamos.... porque en ese caso el silencio no sólo mata: es la muerte misma.
Pero hay veces en las que ni la SER puede callar. Por ejemplo, cuando un partido neonato, Familia y Vida, consigue que el Tribunal Constitucional admita a trámite un recurso contra la Ley de Parejas de Hecho de la Comunidad de Madrid, obra del insigne Ruiz Gallardón.
Entonces, se pasa del silencio a la injuria. Gabilondo, naturalmente, no podía ser el que tomara el látigo, así que decidió que fuera una de sus contertulios (muy útiles, los contertulios) quien califica a Familia y Vida como un grupo de ultraderecha.
Gabilondo sabe perfectamente, o puede saberlo cuando lo desee, que el principal interés de Familia y Vida, como de cualquier otra asociación que defiende la familia y la vida humana desde la concepción hasta la muerte, estriba precisamente en eso: en apartarse como de la peste de la ultraderecha. Es más, en Familia y Vida hay nacionalistas, centralistas y mediopensionistas. Hay incluso personas de distintas religiones (aunque los católicos son inmensa mayoría) y las visiones sobre la cuestión social son de lo más diversoas, aunque predominan lo que llamaríamos la izquierda clásica, de tendencias no especialmente liberales ni mucho menos capitalistas.
Todo eso lo sabe Gabilondo. Pero Gabilondo es un progre (eso sí, un progre de los que gustan a las suegras, bien planchadito). Y el progresismo hace tiempo que abandonó la izquierda económica, la preocupación por los pobres, para ceñirse a su ideología actual: abajo los curas y arriba las faldas. Así que, para romper el hielo, en el mejor estilo del Grupo Polanco (las bofetadas se dan mirando hacia otro lado, y hemos terminado), Gabilondo ha decidido calificar a Familia y Vida de fascistas, que es el otro arma del universo Polanco: o te silencian o te tildan de fascistas.
Fue un consejero de Prisa el que me explicó: El País es que ofrece certificados de democracia. Ese es su poder. Lo que significa que si El País te tilda de ultraderechista, ya puedes jubilarte.
El próximo lunes, en el programa de televisión "Todomadrid", que dirige Juan Ramón Lucas en Telemadrid (www.telemadrid.es) Victoria Andía, candidata al Senado por Familia y Vida en la capital, hablará sobre la adopción de dos niñas por dos lesbianas navarras. Otra encerrona, claro está, pues ya se sabe que la televisión es una aparato políticamente correcto capaz de expeler majaderías innúmeras. Pero quedará claro que Familia y Vida nada tiene que ver con la ultraderecha ni con el fascismo. Así que, Gabilondo, prenda, no digas majaderías ni utilices a otros para que las digan. Porque eso se llama calumniar, y es un feo vicio. Y si quiere comprobar lo que digo, no tienes más que romper la "omerta" que empleas con todo aquel que se salga del discurso imperante, es decir, de la autocensura férrea que impone el editor que te paga el sueldo.
De cualquier modo, es muy cómodo esto de la injuria calumniosa. Tildas a alguien de fascista y ya puedes echarte a dormir. Además, los adjetivos, especialmente aquellos que aluden a adscripciones ideológicas, son muy útiles: no tienes que demostrarlo, por lo que la víctima tampoco puede defenderse.
Hazme un favor: Gabilondo, no seas majadero.
Eulogio López