El ex presidente del Gobierno, Felipe González, compatibiliza su labor de "conseguidor" de Carlos Slim con el de nuevo "embajador" del rey de Marruecos, Mohamed VI. Dedica sus esfuerzos a pasearse por Hispanoamérica tratando de lograr apoyos para que Marruecos se lleve la candidatura para organizar un Mundial de Fútbol (el Mundial más inmediato es el de 2006, organizado en Alemania). Pero ahora tiene un cometido más importante: lograr apoyos hispanoamericanos al proyecto de Marruecos de anexionarse el Sáhara. Recordemos que el Felipismo hizo del Frente Polisario una de sus banderas políticas, mientras estuvo en La Moncloa (1982-1996). Pero los tiempos cambian.
De momento, ha logrado el apoyo de Venezuela y Ecuador y ha conseguido generar incertidumbre en las posiciones argentinas y mexicanas. La posición del embajador español en Naciones Unidas, Juan Antonio Yáñez, tampoco ayuda mucho en la resolución de un Sáhara independiente. Por cierto, la bandera tradicional del PSOE. ¿A qué se debe este cambio de estrategia? Zapatero señala que vincular el 11-M a los servicios secretos marroquíes es una "insensatez". Vale.