La familia es la unidad básica del Estado y el Estado existe para defender a la familia. Esta idea, básica en el pensamiento europeo de tradición cristiana, es decir, en el pensamiento europeo, no la ha entendido todavía el Partido Popular.

Rajoy (en la imagen) prometió en su programa electoral (o sea, eso con lo se ganan las elecciones) un Plan Integral de Apoyo a las Familias y hasta ahora, nada de nada. Al igual que ocurre con la reformita del aborto de Gallardón, el plan de Ana Mato, lleva unos años de retraso.

A lo mejor se aprueba para final de legislatura y ya vemos si entra en vigor. Eso sí, la titular de Sanidad y Asuntos Sociales ya nos ha vendido la norma cientos de veces. Cuando Hispanidad le pregunta por el salario maternal o cualquier ayuda a la maternidad responde que habrá desgravaciones. Pero para desgravar, primero hay que tener dinero y los niños no comen con desgravaciones, sino con subvenciones.

El Gobierno del PP, no sólo no apoya la maternidad, sino que quiere re-educar a las familias españolas en ideología de género

Y no sólo eso. Los conservadores españoles han optado por lo contrario, por la ideología de género, al menos en tres de las autonomías que gobierna: en Galicia es ya una realidad la Ley de no discriminación de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales.

Hispanidad ya trató en profundidad esa ley, nefasta por varias cuestiones: por las subvenciones económicas -que no merece el colectivo LGTBI, tan difícil de pronunciar- para que se visualice socialmente su 'problema' (o lo que es lo mismo, que le prestemos la misma atención que, valga el ejemplo, al cambio climático), la infundada ideología de género que proclama -en la línea más rancia de la ingeniería social de Zapatero- y, por último, el adoctrinamiento educativo para los niños, padres y profesores, con la invasión de una esfera, la privada, en la que nunca debería entrar el Estado.

Esa ley gallega, del progre-pepero Núñez Feijóo, no tiene ni pies ni cabeza y la ha aprobado el PP, en una manifestación palmaria de acomplejamiento político (la iniciativa era del PSOE). A ver cómo lo explica a su gente el presidente de la Xunta.

Pues bien, la misma tropelía está en marcha en Extremadura, con el popular Monago, en la Comunidad Valenciana, con el popular Fabra, y en Cataluña, con Artur Mas (las leyes que ha aprobado este último durante su mandato se cuentan con los dedos de la mano, pero, claro, no podía faltar una de género en el 'progre' nacionalismo catalán.

Ideológicamente, por tanto, el PP está jugando, como con la reforma del aborto, al despiste, o lo que es más grave: a no ver una aspiración en la protección de la familia, esa misma que justifica la existencia del Estado (ya lo tenían muy claro los griegos y los romanos). Tampoco el PP siente el problema de la defensa de la vida y contribuye a la tragedia del holocausto silencioso.

Pero hay otro aspecto importante en la defensa de la familia que también olvida el PP. No se trata de ayudarla, señor Rajoy, sólo con desgravaciones, sino con subvenciones, que para eso está usted en el poder, ¿o ha olvidado que es la unidad básica del Estado, y que sin ella, la sociedad se va a freír gárgaras No olvide, además, que los hijos de hoy son los contribuyentes del mañana y no se lo está poniendo muy fácil a una familia para tener hijos como Dios manda. Arriesgue con el salario maternal, que es la mejor fórmula para acabar con la discriminación de la mujer -las empresas no quieren embarazadas-.

Además, como a usted le gusta tanto el derecho comparado, observe que es la fórmula que emplean los países de nuestro entorno, como Dinamarca, Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Austria, etc… En esos países han comprendido que la familia es la unidad básica del Estado, que a la familia hay que cuidarla. No vea la alegría que da encontrarse aquí, en España, durante las vacaciones de verano -en el monte, en la playa, en Salamanca o en su querida Santiago de Compostela- a matrimonios jóvenes franceses o alemanes con tres y cuatro hijos. No le da a usted un poco de envidia. A mí sí.

A escala global, sepa usted, señor presidente, que únicamente en 21 países del mundo -sobre todo en Europa- más del 90% de las mujeres empleadas tiene derecho a percibir alguna forma de ingresos públicos por tener un hijo. Son datos del último informe de la OIT sobre 'La Maternidad y la Paternidad en el Trabajo'. España, naturalmente, no. Haga algo. No esconda la cabeza como un avestruz, no vaya a ser que le salten en las páginas de los medios cómo prefiere firmar pactos con el lobby gay -obviando a la mayoría silenciosa- a defender la esencia de la sociedad, o sea, la familia. Que es, exactamente, lo que usted está haciendo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com