En la Caixa están dispuestos a concederle la Presidencia vitalicia a Pizarro si acepta una fusión amistosa. Para ello, se necesita otra condición aún más importante. Que Zapatero le pare los pies a E.ON. No es eso lo pactado con Merkel. Importante: sea cual sea la solución, Caja Madrid se queda en Endesa. Si EON se sale con la suya, La Caixa se volverá hacia Iberdrola. En ese momento se encontrará con un Galán que quiere mandar
Una aclaración: es el director general de La Caixa, Isidro Fainé, quien lleva el peso negociador con la Endesa de Manuel Pizarro, por una razón: el presidente de la eléctrica no acepta hablar con el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, ni tan siquiera con intermediarios.
Además, no nos engañemos, ha sido Fainé quien desde un primer momento optó por la propuesta amistosa en lugar de por la OPA hostil. Y tampoco es que haya conseguido negociar directamente con Pizarro : lo está haciendo a través de intermediarios. Esta vez, el delicado estado de salud de Miguel Roca le ha impedido utilizar a este intermediario genial pero existen otros nombres y otros puntos de contacto, especialmente a través de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y de Telefónica: no olvidemos que César Alierta es amigo personal y paisano de Pizarro, y Fainé, vicepresidente de la compañía.
Ahora bien, el problema más que convertir la OPA hostil en oferta amistosa es jurídica y políticamente complicado. Digamos que La Caixa llega tarde. El pacto Zapatero-Merkel es muy sencillo, aunque no muy concreto : El Gobierno español aceptaría la OPA de la alemana E.ON pero con condiciones. ¿Qué condiciones? ahí está la cuestión. Fainé trata de evitar eso. Aún lucha por el veto total a la OPA de E.ON, con el consiguiente escándalo político con Alemania y con la Comisión Europea. Si no se pudiera, busca unas condiciones draconianas para los alemanes (por ejemplo, estos no están dispuestos a ceder las centrales nucleares de Endesa), y así poder conseguir una Endesa troceada pero importante en dimensión. De otra forma, E.On se quedaría con casi toda Endesa y el resto se trocearía entre al menos tres candidatos: Iberdrola, Gas Natural y Unión Fenosa. No daría para mucho.
La segunda opción, es naturalmente, que Zapatero cumpla la palabra de Montilla a La Caixa en el sentido de que la Comisión Nacional de la Energía vetaría a los alemanes de E.ON y les dejaría sitio libre para mejorar su OPA. Pero esa opción se va difuminando.
Y a todo esto, ¿qué piensa Miguel Blesa? Pues Blesa, y su postura sorprenderá a muchos, no tiene la menor intención de acudir a OPA alguna, ni proveniente de Gas Natural ni de E.ON. Lo que quiere es quedarse y desempeñar un papel en la reordenación, no sólo del mapa eléctrico español, sino del mapa eléctrico europeo. Otra baza que Fainé quiere jugar en su favor.
Y si nada de ello saliera, entonces habría que acudir a la opción B: fusionarse con Iberdorla. Sólo que su presidente, Ignacio S. Galán ya ha dejado claro que en ese caso, esta vez manda Iberdrola, no Gas Natural.