- Los Estados miembros deberán presentar a Bruselas cada año un proyecto de plan presupuestario.
- Y la CE podrá exigir cambios si considera que se desvían de los objetivos fiscales marcados.
- Mientras tanto, Alemania, Holanda y Finlandia vuelven a mostrar su oposición a los eurobonos: quitarían presión a los países en crisis para hacer las reformas necesarias.
La norma que aprobarán este miércoles la Eurocámara y los Veintisiete obliga a todos los Estados miembros a presentar a Bruselas, como muy tarde el 15 de octubre de cada año, un proyecto de plan presupuestario para el ejercicio siguiente. Entonces, el Ejecutivo comunitario presentará un dictamen si lo considera necesario y podrá reclamar cambios en el proyecto de presupuesto si detecta desviaciones importantes respecto a los objetivos de ajuste fiscal del país en cuestión.
"Se ha logrado un avance decisivo que permitirá un nuevo refuerzo significativo de la gobernanza económica en la eurozona", ha declarado el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn (en la imagen).
Pero en realidad se trata de un paso más en la escalada hacia la pérdida de soberanía de cada país en lo que a los presupuesto se refiere que, como se sabe, son el principal instrumento que tiene un Gobierno para ejecutar sus políticas. Avanzamos, por tanto, hacia un aumento de la soberanía europea, cuyas competencias, atribuciones y poderes van cada día más rápido. La pregunta final será: ¿hasta dónde están dispuestos los países a ceder su soberanía
Además, mientras se aprueba esta medida, Alemania, junto con Holanda y Finlandia, se ha opuesto una vez más a la creación de los eurobonos o de cualquier tipo de mutualización de la deuda. El argumento esgrimido no puede ser más ilustrativo. Según ellos, si se facilita la financiación de países en crisis, éstos podrían relajar sus ajustes y retrasar las reformas necesarias.
Está claro: la solidaridad brilla por su ausencia en el seno de la UE. Así nos va y así nos irá.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com