He leído en algunos medios noticias con un mensaje falso: "los obispos alemanes acaban de permitir la píldora postcoital después de una violación".
La noticia está basada en una errónea y precipitada interpretación periodística, que ha podido llevar a confusión. Lo que los obispos alemanes autorizan en caso de violación es un anti-fecundativo para mujeres que hayan sido violadas. Pero un experto en estos temas, el Doctor J.M. Simón Castellví, asegura que "la píldora del día después tiene un efecto abortivo", y "nuevos preparados con principios activos alterados" de los que hablaron algunos prelados alemanes, "a los médicos de la FIAMC no nos consta ninguna nueva píldora postcoital con menos efectos abortivos".
Luego, hubo un error del Arzobispo de Colonia en materia farmacéutica, ya que esas píldoras con principios activos alterados no existen. La Conferencia Episcopal Alemana ha dicho: "Seguirá sin poderse aplicar métodos médicos o farmacéuticos que conlleven la muerte del embrión".
Como ha señalado, sobre este asunto, Monseñor Martínez Camino, Secretario de la Conferencia Episcopal Española, "lo que está en juego es un principio básico de la ética, que no admite excepción: no se puede atentar contra la vida de un ser humano inocente".
Josefa Romo