El ministro Jorge Fernández Díaz se atreve a hablar como piensa, y piensa desde la razón y el sentido común.
Eso es coherencia, que supone, en estos tiempos, gran dosis de valentía, porque domina, en la esfera política, una hipocresía y cobardía supinas que permiten un libertinaje capaz de destruir los pilares de nuestra civilización.
El pensamiento del pueblo español se puso de manifiesto en aquella multitudinaria Manifestación en Madrid el 18 de junio de 2005, la mayor de los últimos tiempos. Allí aparecieron, en primeras filas, gente del PP. Y ahora, ¿en dónde están
Los que critican a Fernández Díaz apelan al Tribunal Constitucional y a la "democracia". ¿Pero qué democracia es aquella en la que la alta magistratura no está desligada del poder político Hasta que no haya separación real de poderes, no habremos conseguido la democracia auténtica.
Una cosa es el respeto y no discriminación de las personas homosexuales, que es de justicia y caridad, y otra, muy distinta, querer asimilar a la categoría social del matrimonio, multisecular, otras formas de relación, lo que supone una irresponsabilidad y una injusticia.
El matrimonio es un bien social que se basa en la naturaleza; de modo natural, reproduce la especie humana, encargándose, los padres, de la crianza y educación de su propia prole.
Victoria García Martínez