La historia es ésta: para forzar la caída de Cajasur, la caja del obispado de Córdoba, el Banco de España fue extraordinariamente duro con las provisiones. De esta forma, le exigía un esfuerzo adicional de recursos propios con lo que la entidad acabó, a 1 de diciembre último, por cerrar con déficit de solvencia. Es decir podía ser intervenida en cualquier momento.
Se trataba de que la absorbiera Unicaja, ligada al PSOE y presidida por el socialista Braulio Medel que, de paso, se asegura la no jubilación por otros cuatro años.
Si será así, que cuando hubo que pagar los dividendos de las preferentes (no se pueden pagar si están en pérdidas) el Banco de España hizo un nuevo truco: consideró los resultados -positivos- de 2008 y permitió el pago. De otro modo, los titulares se hubieran cabreado mucho.
En otras palabras, el Banco de España fuerza la debilidad de la entidad y luego hace trampas para que no cunda el pánico.
Pero el asunto no acaba ahí, porque Braulio Medel pide más y más dinero por hacer el favor de absorber Cajasur. De hecho, lo pide todo al FROB, sabedor de que si la fusión no se cierra el 30 de junio, no habrá dinero público, y el Banco de España, preso de su propia arbitrariedad, se vería obligado a intervenir Cajasur.
Caramba, ¡qué reconversión bancaria llevamos!
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com