Es la última pedantería al uso. Hemos pasado de hablar de "en sede parlamentaria" como escenario de máximo rigor y credibilidad -jo- al "en sede judicial", que al parecer resulta aún más definitivo y molón.
Y entonces llega Fernández Toxo (en la imagen), secretario general de Comisiones Obreras y riza el rizo. Según él, cuando el caso de los 'eres' se sustancie "en sede judicial" se quedará en nada. Como resulta que el caso nació y creció en sede judicial, Toxo se ve obligado a precisar -es decir, a justificarse y desdecirse- que el juzgado de instrucción de Mercedes Alaya no es sede judicial porque es de instrucción. Y el que quiera aprender que vaya a Salamanca.
Vamos, una pedantería enorme para criticar a una juez que le está buscando las cosquillas al PSOE, a IU, a UGT y a CCOO, por presunto -muy presunto, que estamos en sede judicial- mamoneo con el dinero público dedicado a los que se quedaban sin empleo... a cargo de la izquierda y de los dos sindicatos de clase.
En cualquier caso, lo de "en sede parlamentaria" y lo de "en sede judicial" no deja de ser dos pedanterías para ocultar que, como nos hemos conjurado para decir que la verdad no existe, que las ideas y los principios son ciertos o falsos según el gusto de cada cual -o sea, que no son ni ciertos ni falsos- pues entonces tenemos que sacarnos de la manga una autoridad indiscutible, absoluta, para sustituir a la verdad... que siempre ha sido absoluta o deja de ser verdad.
Ojo, no se trata de que lo que salga de un parlamentario o de un juez deba ser cierto, significa que lo que ocurre en el Parlamento o en los tribunales es muy serio. Y si tal 'seriedad' no me gusta, pues entonces me invento que ese parlamentario no es serio o que esa jueza está comprada. Y aquí paz y después gloria. Eso sí, gloria... sustanciada "en sede judicial".
Pero si nos queríamos cargar la distinción entre verdad y mentira y entre justo e injusto, al menos podríamos hacer remoquetes más sencillos y menos pedantes.
Eulogio López
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