• El Parlamento Europeo aprueba el último trámite para poner en marcha la unión bancaria.
  • En la última sesión plenaria de la legislatura se ha aprobado: el Mecanismo único de resolución bancaria, la Directiva Europea sobre Resolución Bancaria y la Directiva sobre sistemas de garantía de depósitos.
  • De los 570 eurodiputados, sólo 88 han votado en contra.
  • Así, concluye el proyecto, 20 meses después de su comienzo.
  • Se limita a 55.000 millones de euros la dotación de un fondo común, que no dispondrá de ese dinero hasta el 2024.
  • Se garantiza protección para los depósitos bancarios hasta 100.000 euros, en caso de quiebra de una entidad.
  • La supervisión bancaria única de la eurozona, a través del BCE, funcionará desde el 1 de noviembre, pero sólo vigilará a los 128 mayores bancos de la UE.

El Parlamento Europeo ha completado este martes el trabajo legislativo que sustenta la unión bancaria, la cual tiene como objetivo evitar que la bancarrota de los bancos de la zona euro afecte en el futuro a los contribuyentes.

Este hecho histórico se ha producido en la última sesión plenaria de la legislatura del Parlamento Europeo, dado que el próximo 25 de mayo se celebrarán elecciones para que los ciudadanos elijan de nuevo a sus representantes en esta institución de la Unión Europea (UE) para el siguiente lustro.

Se han aprobado tres textos fundamentales para que el proyecto de unión bancaria sea una realidad: dos normas sobre el proceso de resolución de bancos con problemas (el Mecanismo único de resolución bancaria y la Directiva Europea sobre Resolución Bancaria) y otra sobre el sistema de fondos de garantía de depósitos (la Directiva sobre sistemas de garantía de depósitos). Este visto bueno por parte de la Eurocámara ha sido posible porque de los 570 eurodiputados presentes, sólo 88 han votado en contra, mientras que el resto lo ha hecho a favor.

Así, se da por concluido el proyecto de unión bancaria, tan sólo 20 meses después de que se iniciase. "Se ha podido realizar gracias al trabajo asiduo de los colegisladores europeos (Consejo de Ministros y Parlamento Europeo), que han convertido la idea de una unión bancaria en la realidad en menos de dos años", ha señalado el francés Michel Barnier, comisario europeo de Mercado Interior y Servicios.

De esta manera podemos decir que, tanto esta institución comunitaria como los Gobiernos de la UE, se han puesto manos a la obra para romper cuanto antes el vínculo entre bancos y Estados, y así evitar que las deudas de los primeros se conviertan en las del país donde operan y lo lastren. Algo que ya pasó en Irlanda y en España, pues la crisis bancaria se convirtió en la del país.

A todo esto se une el hecho de que la Unión Bancaria era el último paso que faltaba para poder hablar de una verdadera Unión Económica y Monetaria. La teoría está aprobada y suena como una linda melodía, pero ahora falta ponerla en práctica y aún hay algunos flecos sueltos que provocan alguna distorsión sonora.

El acuerdo alcanzado limita a 55.000 millones de euros la dotación de un fondo común, pero este no dispondrá de ese dinero hasta el año 2024, pues el 70% de las aportaciones de la banca europea se producirán entre 2016 y 2019. Además garantiza protección para los depósitos bancarios hasta 100.000 euros, en caso de quiebra de la entidad.

A esto se suma la supervisión bancaria única de la eurozona mediante el Banco Central Europeo (BCE), aprobada con anterioridad y que comenzará a funcionar desde el 1 de noviembre. Pero sólo se vigilará a los 128 mayores bancos de la UE.

En la negociación de la unión bancaria se ha tenido que pelear duro, entre otros aspectos, con las exigencias de Alemania, y es que el proceso de reestructuración y liquidación de entidades sólo se aplicará en los 330 mayores bancos operativos en la eurozona, de manera las cajas de ahorro alemanas han quedado excluidas.

Desde que la unión bancaria entre en vigor cuando se produzca una crisis bancaria serán los accionistas e inversores los encargados de resolverla, pues las ayudas públicas sólo llegarán después de que estos hayan absorbido, como mínimo, pérdidas equivalente al 8% de los activos de la entidad.

Aunque en el acuerdo no se ha tenido en cuenta el denominado cortafuegos, una medida para poder actuar si se da algún problema antes de que el fondo tenga dinero suficiente para afrontar la quiebra de una entidad. Esperemos que la recuperación, de la que tantos hablan, sea cada día una realidad más presente en todos los países de la UE y no haya que tomar medidas de urgencia ante alguna quiebra bancaria.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com