El velo pintado trae a la memoria las grandes historias de amor recreadas en el cine clásico. Basado en una novela de Somerset Maugham este relato de pasiones contenidas agradará a todos aquellos que apuestan por el cine elegante a la par que inteligente.

El velo pintado está ambientada en los años 20 y tiene como protagonistas a una pareja inglesa: Walter (Edward Norton), un medico de clase media, y Kitty (Naomi Watts), una joven de clase alta, que se casan sin apenas conocerse y se establecen en Shangai. En esa exótica ciudad, Kitty será infiel a su marido. Cuando éste se entera acepta, en venganza, un trabajo en un remoto pueblo de China azotado por una epidemia mortífera y obliga a su esposa a acompañarle. Paradójicamente, este peligroso viaje dará sentido a sus vidas.

Un conjunto de elementos bien engrasados hacen de este drama romántico (llevado anteriormente al cine en dos ocasiones) una opción cinematográfica super apropiada para los amantes del género. Los cinéfilos apreciarán unos flash-back (vuelta atrás en el tiempo) muy bien introducidos, una excelente dosificación del dramatismo, una magnífica ambientación y una interpretación estimable a cargo de Naomi Watts y Edward Norton (que también son los productores del film). Al mismo tiempo, El velo pintado plantea al espectador algo tan sencillo como esto: muchas veces, el verdadero amor está delante de nuestros ojos y parece que un velo nos impide verlo y disfrutar de las bondades que comporta.

Inexplicablemente, pues posee una gran calidad, El velo pintado ha sido una de las películas del año 2006 que sido totalmente ignoradas en EEUU (resulta curioso que no haya sido nominada a los Oscar en ningún apartado). Los críticos la han tildado de ser excesivamente fría en su desarrollo. Quizás no han entendido que hay miradas (las que lanza Walter/ Edward Norton a Kitty/ Naomi Watts) que dicen más que cien palabras.

Para: Los aficionados a los buenos dramas románticos.