La absorción de la entidad cordobesa por Unicaja continúa a pesar del elevadísimo coste

De otra forma, el Banco de España intervendrá. Medel no renuncia a hacerse con Granada y con Cajasol.

¿Alguien se imagina a Córdoba con 1.000 empleos menos?, se preguntaba el vicesecretario general del PP, Javier Arenas, en la mañana del martes, al saber que el obligado acuerdo entre Unicaja y Cajasur seguía adelante en los mismos términos. Los términos son que Unicaja, presidida por el socialista Braulio Medel, absorbe a Cajasur, tutelada por el Obispado de Córdoba, a cambio de decapitar a todo su equipo directivo y de echar a 1.000 trabajadores (la tercera parte de la plantilla). Y si no, amenazaba MAFO, te intervenimos. Ya saben: Mi capitán, ¿desato a los voluntarios?

Todo ello después de haber firmado un protocolo de fusión en el que se decía que no se recurriría a medidas laborales traumáticas. Un detalle, cuando se fusionaron El Monte y San Fernando, las dos cajas sevillanas, para crear Cajasol, no hubo despidos. Pero es que ambas cajas estaban regidas por afines al PSOE y la Junta. Eran de los nuestros.

Con la cesión de Cajasur, se han conseguido dos cosas: que MAFO imponga la ley del más fuerte aún a costa de pervertir todo el proceso de supervisión -ahora, desde el Banco de España alegan que hubo amenaza de intervención- y que Braulio Medel se perpetúa en el cargo e intenta crear la caja única andaluza. Jaén ya está en el bote y Granada y Sevilla esperan turno.