Sr. Director:
El Parlamento español ha sido el primero en adherirse al proyecto "Gran simio", según el cual se consideran como homínidos a este tipo de animales.

Al descifrar la secuencia del ADN del chimpancé, los científicos que lo consiguieron demostraron que menos de un 4% del genoma marca las diferencias que existen entre el mismo y un hombre, pero no a qué se deben esas diferencias.

Entiendo que ese 4% pueda ser la causa de las diferencias morfológicas y fisiológicas, pero no del abismo que separa a ambos seres desde el punto de vista cultural y espiritual. La racionalidad, la libertad y la capacidad progresar culturalmente son manifestaciones del espíritu humano que no pueden explicarse por el método científico.

Por ello no creo que se deban solo a ese escaso sustrato biológico en el que coincidimos, ni que sean consecuencia de la simple evolución. ¿Tanto cuesta aceptar la existencia de un alma humana espiritual y racional? 

Lo paradójico del asunto, es que, al tratar a los simios como personas, como pretende el proyecto citado, implícitamente se les está reconociendo que tienen un alma y una dignidad, que en cambio muchos no reconocen a un bebé en gestación.

María Pardo Zamora

mpardozamora@yahoo.es