La ampliación se produce dos semanas después de que Alfredo Sáenz la descartara
Cuando nadie se atreve a emitir acciones, teniendo claro que no se las van a comprar, el Santander se lanza y anuncia un aumento de capital social mediante la emisión de 1.598,81 acciones. Para tener éxito en la operación, premiará a 2.251.033 accionistas con un derecho de suscripción preferente 4,5 euros por acción, cuando la acción el viernes cotizaba a 8,34%. El importe total de la emisión será de 7.194,65 millones de euros.
En la presentación de resultados del tercer trimestre en la Ciudad del Santander, el consejero delegado, Alfredo Sáenz despreció la moda de que los bancos busquen alcanzar un core capital del 7%. Sáenz descartó así que Santander quisiera ampliar su capital. Apenas dos semanas después, Emilio Botín anuncia que el grupo ha elevado su objetivo de core capital hasta el 7% "como respuesta a una mayor autoexigencia de solvencia en el actual entorno económico". Seguro que Sáenz no se había atrevido a dar a los analistas una negativa tan rotunda.
Una buena opción de inversión, dice Botín. Más bien una forma de promediar las pérdidas sufridas a lo largo del año con la prima de la entidad. Y sobre todo: dinero fresco una vez que la venta de la gestora de activos y de la división de seguros queda aplazada hasta mejor ocasión. O más bien, mejor precio.
Al mercado no le ha sentado nada bien la prima del 46%. No le ha terminado de convencer la buena oportunidad de inversión de Botín y ha castigado la acción con recortes superiores al 6%% en mitad de un mercado alcista. El nuevo precio de referencia es el precio de la ampliación, sobre todo para quienes buscan plusvalía.
¿Y el BBVA? FG ha salido a los medios para señalar que su entidad no necesita reforzarse. Patada en la espinilla. El banco vasco también sufre recortes, pero inferiores al 1%. No es lo mismo. Seguramente Botín y FG habrán tenido ocasión de conversar sobre el particular en el encuentro mantenido con Zapatero.