Botín amplía su metáfora sobre la crisis: El niño se puso gravísimo

Su vídeo en inglés tras recibir el premio Euromoney todavía colea. En primer lugar porque los periodistas angloparlantes le piden que responda en la lengua de Shakespeare y Emilio Botín trata de zafarse con sus we will see o in English is more difficult para rematar las frases con un more or less.

Pero, sobre todo, porque Botín impartía cátedra aconsejando no comprar aquello que no se conozca. Tras los fiascos de Lehman, Madoff y bancos islandeses, parece que la frase se le vuelve en contra. Pero el presidente del Santander tiene respuesta para todo: Alguno se ha confundido: los productos de Madoff eran muy claros. Lo que pasa es que era una estafa. Aclarada la confusión, Botín reitera que mantiene las tres reglas en la filosofía del banco.

Cuando le preguntan si espera más fiascos, remite al Banco de España y a los 26 inspectores que el regulador tiene para vigilar al Santander todo el día. No sólo eso, sino que Emilio Botín considera que no es posible una bomba de relojería en el sistema bancario español. ¿Y en el resto de los países, donde el Santander compra bancos? Don Emilio confía entonces en sus auditores: No compramos a la ligera. Acabamos sabiéndolo todo, afirma rotundo.