Javier Cremades, un torero para España. Eres mi abogado favorito. Su primera y esplendorosa hazaña consistió en crear la asociación indefensa del pequeño accionista utilizando un grupo de consejeros de grandes bancos y empresas, es decir, a grandes accionistas.

Recientemente le vi cerrando un acto del Foro de la Nueva Economía, en la que se dirigía a Miguel Durán, candidato número uno de Libertas, y le decía, en pocas palabras, que le había convencido y que iba a votarle. Considerando que era uno de los muñidores de la lista de Libertas su caída del caballo, explicada en el Ritz, llenó de asombro a propios y extraños.

Ahora nos viene con otra: Cremades, hombre de honor, preocupado por todas las causas nobles, ha hecho suya la curiosa esencia que otorga los derechos de autor de las noticias de prensa al editor, en lugar de al autor, es decir, al periodista. Un sentencia que, como a hemos explicado en Hispanidad, contradice la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), pero que los editores. Agrupados en la patronal AEDE, se han apresurado a aplicar: en otras palabras, se trata de acabar con las pequeñas empresas que resúmenes de prensa -clipping- con el criterio que Su Señoría les ha aceptado: que el diario es un obra colectiva (lo mismo ocurre con el presente artículo que está usted leyendo: su autoría es colectiva, y su propiedad corresponde a mí mismo y a mis circunstancias).

Pero naturalmente, el asunto no acaba ahí. AEDE no sólo busca cargarse a unas PYMES, sino su verdadero objetivo son los buscadores de noticias, es decir, los Google. Yo estoy deseando que Google recoja noticias de Hispanidad, entre otras cosas, porque así el lector puede caminar entre la selva internetera y seleccionar lo que le gusta: si selecciona la llamada de Hispanidad será una nuevo el lector que Google ha ganado para Hispanidad. Entonces ¿por qué El País, El Mundo, ABC o La Razón no hacen lo propio? Pues muy sencillo, porque los grandes multimedia, el oligopolio de los señores de la prensa, no consiguen realizar la reconversión del papel -que es lo que todavía les da dinero par solventar su altísimo coste- hacia la WWW; donde han fracasado, de donde una constelación de pequeños medios independientes, con unos costes de transformación muy bajos y muchísima más libertad de independencia por parte de sus redactores-autónomos, le están arrebatando toda la influencia.

El ejemplo de las elecciones puede servir. Con la Internet se ganan pocas elecciones -cada vez más, pero aún pocas- con Internet se cambia la sociedad. Las elecciones ganan en TV. O sea que la red cambia a las personas pero la TV cambia  a los gobiernos.

En definitiva, los señores de la prensa -en España Polanco, Lara, Berlusconi, Jaume Roures y Pedro J. Ramírez- quieren repetir su oligopolio de prensa, radio y TV en Internet. Sólo lo conseguirán con el monopolio -u oligopolio, que es más peligroso porque proporciona un espejismo de pluralismo-.

¿Van a detener el fluir de la información en la Red? Ni de coña. Google continuará, al igual en Youtube. Lo más que van a lograr es que algunas PYMES de clipping, que en la sociedad de la información realizan un gran labor- cierren. Respecto al oligopolio de quien, aliado con el poder político y económico, intenta marginar a los confidenciales de Internet. Bueno, llevan años en la tarea y sólo han conseguido que todo periodista que aspira a erigir con un mínimo de libertad se pase a la Red.  

Cremades podrá ponerse otra muesca en el revólver, otra víctima pero a Internet no la detiene ni Cremades, ni jueces inexpertos, ni los partidos políticos, ni Rodrigo Uría, ni Leopoldo Rodés ni el oligopolio ni nadie. Se lo aseguro, como representante del periodismo independiente de Internet no me preocupa el oligopolio: me preocupa más el periodismo de ciudadanos que viene por detrás. Ese sí puede expulsarme del tablero.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com