Sr. Director:
Estoy totalmente de acuerdo con los comentarios de Fernando Iwasaki acerca de la condena de Marc Dutroux recogidos en el ABC de ayer, en la página 5, bajo el título Cuando el mal es una elección. No quitaría ni un punto ni una coma. Pero sí añadiría tras sus palabras "Lo difícil –más bien- es admitir y reconocer en otros delincuentes la maldad concentrada de una alimaña como Dutroux” (sic), además de a aquellos a los que usted cita, a los que practican abortos impunemente y se enriquecen con ellos.
Un poco más adelante usted nos llama la atención con estas frases: "La cadena perpetua de Dutroux es importante porque pone el dedo en una llaga políticamente incorrecta. A saber, que ciertos criminales no son rescatables para la vida civil ni es posible reinsertarlos en la sociedad. Me alegra que una hez como Dutroux se pudra para siempre en una cárcel, pero habría que preguntarse cuántos monstruos como él ni siquiera cumplen condenas dentro de nuestro sistema penal".
Pues a mí me alegra que sea usted tan valiente de poner el dedo en una llaga políticamente incorrecta, porque yo voy a hacer lo propio. ¿Alguien duda todavía de que un aborto voluntario es un asesinato? Y cuando hayamos contestado a esta pregunta, leamos otra vez los comentarios de D. Fernando Iwasaki bajo el título Cuando el mal es una elección. Aunque sean políticamente incorrectos.
Miguel Ángel García Sánchez-Colomer
gamo@ya.com