El Gobierno ha vendido a la opinión pública su solidaridad con los afectados del barrio barcelonés de El Carmelo por los hundimientos provocados por las obras del metro. "Por encima de todo está la seguridad de todos los ciudadanos", señalaba a mediodía del viernes 4 la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
No es exacto. El pasado miércoles 2 se entregó a varios vecinos un certificado municipal en el que constaba que podían regresar a sus casas y hoy viernes 4 muchas de esas viviendas se han visto afectadas por un nuevo socavón. Además, numerosas de esas casas están siendo visitadas por los amigos de lo ajeno ante la ausencia de vigilancia policial de la zona. Y todo esto ocurre sin luz y taquígrafos, porque el "tripas" ha hecho un ejercicio de oscurantismo que para sí habría preferido el "mejor ministro de Fomento de la democracia", Francisco Álvarez Cascos, con los socavones del AVE a Barcelona. Doble tabla de medir...