Así lo ha señalado la vicepresidenta De la Vega

Desde el PNV se insiste en la reforma del Estatuto de Gernika. Miran con envidia a otras comunidades que han reformado sus estatutos y señalan que ellos también quieren. En el proceso de negociación, tensión de cuerda: claro que lo primero que hace falta es que nos dejen aplicar el vigente. Según lamentan los nacionalistas vascos, ‘Madrid' -la personificación de Satanás para los nacionalistas periféricos- no ha permitido desplegar todas las potencialidades del vigente Estatuto de Gernika, por lo que desconfían, dicen, de la voluntad del Gobierno socialista para aprobar una reforma estatutaria. En todo caso, "estamos condenados a entendernos", señala Ibarretxe.

¿Cuál es la respuesta del Gobierno? Que "será bienvenido e impulsaremos" toda reforma estatutaria que cumpla con las tres "C": Constitución, consenso y ciudadanía. Es decir, que haya demanda social, que goce del respaldo de las fuerzas políticas regionales y nacionales y que no vaya contra la Constitución. "La Constitución es la Constitución y la ley es la ley y se aplica para todos; las cosas no cambian", señala De la Vega. Bueno, en realidad, no tanto. Porque el plan Ibarretxe fue prácticamente calcado del Estatut catalán. Uno fue rechazado "con una sonrisa" y otro, en cambio, fue aceptado. Eso sí, cuenta nada menos que con 5 recursos de inconstitucionalidad. Ahí es nada. Y -según algunos analistas catalanes- será el Alto Tribunal quien deje el Estatut "limpio como una patena".