El paro registrado en agosto se incrementó en 61.083 personas, un 1,5% más que lo registrado en julio. Además, en agosto 131.858 causaron baja en los registros de la Seguridad Social. El Gobierno se empeña a quitar hierro a estos malos datos. A vicepresidenta Salgado incluso llega a afirmar que no es tan mal dato si tenemos en cuenta la estacionalidad. Y pone un ejemplo: en 2007, año en el que crecíamos a velocidad de crucero, agosto destruyó 57.000 empleos, una cifra similar a la de este año.
Por su parte, la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, reconoce que es un mal dato, pero también insiste en que es mejor que el registrado en el 2008 y el 2009 y lo justifica por la elevada estacionalidad. Es decir, los contratos de hostelería y servicios para el verano se rescinden a finales de agosto. Por su parte, el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, añade que en verano se frenan las actividades de formación. El resultado, contrariamente a lo que pueda pensarse es más paro.
En todo caso, Granado se muestra esperanzado en que a finales de año podamos ver crecimientos netos de empleo. La misma promesa formulada por Zapatero para el año pasado. Y desgraciadamente vamos hacia el camino japonés: encefalograma plano durante un período largo. Y el Gobierno tan contento. Ni siquiera acepta una ruptura de la tendencia en relación a los meses anteriores. Lo que parece evidente es que el mal dato de paro anticipa una recaída ya sugerida hasta por el mismo Zapatero.
Andrés Velázquez
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