Increíble, pero cierto. Díaz Ferrán reconoce ante la asamblea de la CEOE estar agobiado por sus temas empresariales. Los sindicatos le afean que lleve cinco meses sin pagar las nóminas. Y por si fuera poco, Blesa quiere morir matando y pretende llevarle a los tribunales por no afrontar una mora de 26,5 millones de euros en uno de sus créditos. ¿Es la persona adecuada para representar a los empresarios?, le preguntamos a De la Vega.
Sorprendentemente, la vicepresidenta sale en defensa de Díaz Ferrán apelando a la libre empresa y al pleno respeto de las instituciones que representan a los empresarios. Eso sí, tirando de chuleta. Es decir, el Gobierno estaba preparado para dar una respuesta a esta pregunta. La clave está en la coletilla final de la portavoz del Gobierno, cuando afirma que en las próximas semanas se inicia el diálogo social. El Gobierno no quiere quemar a un empresario controlado justo cuando se van a iniciar las conversaciones con los sindicatos y en la mesa tripartita. Y eso explica muy bien el enfado y la incomodidad del presidente de CEPYME, Jesús Bárcenas.