Se siente heredero de aquellos progresistas del siglo XIX que defendían la felicidad de los españoles
Como todos los años, el Gobierno ha regalado a los periodistas que cubren el Consejo de Ministros un libro con ocasión del Día del Libro. Este año ha regalado Los afrancesados un libro del historiador Miguel Artiola reeditado con ocasión del bicentenario. Representa a todos los que vieron en el reformismo la semilla del progreso, a quienes defendieron un Gobierno responsable. De la Vega se siente heredera de esos afrancesados: Han impulsado a los que hemos luchado por el progreso de nuestro país; forman parte de nuestro legado. ¿Es esto lo que va a defender el presidente del Gobierno el viernes en Móstoles con ocasión de la celebración del bicentenario de la guerra de la independencia?
Por otra parte, De la Vega sonríe cuando habla con ternura de quienes defendieron en las Cortes de Cádiz luchar por la felicidad de los españoles. Así que agárrense porque tras el Ministerio de la Igualdad vendrá el de la felicidad o quién sabe si el de la fraternidad.
El dato es sólo una anécdota, pero significativa. ZP ha sido el primer presidente que ha pisado la asamblea francesa, sus lazos con la laica Francia son estrechos. Tan intensos de que en ocasiones da la sensación de que España se ha convertido en un nuevo protectorado de París. La subordinación política, a pesar del Gobierno de Sarkozy. La subordinación empresarial, y el hecho de haber abierto la puerta a EDF a pesar de lo ocurrido con Sacyr y Luis del Rivero con ocasión de Eiffage. ¿La puntilla? Que nos regalen Los afrancesados. No es lo mismo que los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. No es lo mismo.