Hungría y Rumanía es hoy fuente de inmigración ilegal abundante a los países del occidente europeo. El próximo 1 de enero ingresan en la UE y los sindicatos, sabedores del dumping social que podrían generar, señalan que sería bueno que se estableciera una moratoria a sus trabajadores, cerrando de alguna manera el libre tránsito de sus trabajadores, aunque sus fronteras quedaran abiertas a transacciones comerciales.
Por su parte, la patronal considera que esa sería una apertura asimétrica y muestra sus discrepancias de las centrales sindicales. Nada opina sobre esta polémica el gobierno. Según De la Vega, todavía no ha habido una decisión final, aunque deja claro que no habrá un cierre tan taxativo como el decretado por Gran Bretaña, absolutamente saturados de una inmigración de la que tienen serias dificultades para integrar.